La escritora española Pilar Adón nos relata en el cuento “En materia de jardines” la historia de dos mujeres, desconocidas entre ellas, que deben compartir una casa por unos días por la intermediación del padre de una de ellas, creyendo ambas estar haciendo un favor al hombre para cuidar a la otra por cuadros que por lo menos pueden calificar de depresión. Por lo menos.
Ha reatrapado mi atención este relato, contenido en el volumen El mes más cruel (Impedimenta, 2023), después de que entraron a discusión en comisiones camerales algunas de las polémicas reformas que el Presidente se empeñó en anteponer para que la legislatura saliente, que responde a él, las deje planchadas y la próxima generación de diputados y senadores las apruebe con su mayoría calificada.
Mientras una buena parte del círculo rojo, aquella disidente de Morena, se empecina en señalar los excesos, las rupturas, las vueltas al pasado en temas como la desaparición de organismos autónomos, la elección de jueces y la sobrerrepresentación en el Congreso, con una buena tribuna adversa a AMLO que aplaude ese activismo en medios y redes, la oposición oficial, esa que dirige y representa partidos, aprobó todo en la primera sentada de comisiones en San Lázaro. Todo.
Con Xóchitl Gálvez como un fantasma entre el Congreso y el Tribunal Electoral, el PRI enredado en su amañado relevo de dirigencia y el PAN enfocado en que su plana mayor prevalezca, más preocupado por Venezuela estos días, la auténtica oposición está en los intelectuales aquellos que firmaron, tarde, la carta en apoyo a la candidatura de la hidalguense, y en ex mandos electorales como Leonardo Valdés y Lorenzo Córdova. Hasta X. González ha desaparecido.
Como en el cuento de Pilar Adón, hoy la oposición del círculo rojo y de la militancia de a pie cree estar dando una pelea histórica, poniéndose del lado de los partidos minoritarios con credencial de oposición oficial, organizando foros e intercambiando fuego con AMLO, mientras los membretes blanquiazul y tricolor han palomeado sin problemas lo que les han puesto sobre la mesa en el Congreso. Si solo faltarán entre dos y cuatro senadores para que Morena y aliados sean mayoría en Reforma e Insurgentes, van a sobrar candidatos y habrá hasta para elegir.