Después de la tragedia ocurrida en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, que ha derivado en el fallecimiento de 39 personas migrantes reflejó, no solo la ausencia de protocolos en materia de seguridad y protección civil al interior de dichas instalaciones, sino que aún no hemos atendido el problema de la migración.
Siendo el primer paso, entender que las y los hermanos migrantes en ningún país son el problema, el problema es la xenofobia.
Y por ello debemos decirlo no a la xenofobia, la cual es entendida como todas aquellas actitudes, prejuicios y conductas que rechazan, excluyen y a menudo denigran a las personas extranjeras o las que por prejuicio o estereotipos se cree que lo son.
Estos actos discriminatorios se agudizan cuando se ejerce en contra de niñas, niños y adolescentes, mujeres y personas indígenas, y que pueden sufrir violaciones a sus derechos humanos en varios niveles.
Además, debemos agregar que el clasismo y el racismo también son actitudes ligadas de intolerancia que enfatizan la xenofobia y favorecen su reproducción.
También debemos enfatizar, que se debe trabajar desde los países de origen, ya que la migración aumenta debido a mayores desplazamientos internos forzados, como una consecuencia de los desastres naturales; la variabilidad climática, pero sobre todo por la violencia y crisis sociopolíticas.
Por ello desde este espacio decimos que: las personas migrantes NO son un problema, son un aporte, en los países de destino y una responsabilidad exclusiva de los países de origen.
Migración y crisis humanitaria
Nuestro mundo está en crisis, lo vemos, lo sufrimos y lo padecemos todos los días, pero tratamos de mirar hacia otro lado, sin darnos cuenta de que ello no va a cambiar la realidad. Somos nosotros con acciones concretas, quienes podemos hacer algo por mejorar nuestro entorno, las grandes personas, son quienes realizan pequeñas acciones, en favor de otras personas.
Ya basta de solo mirar y contemplar, es momento de actuar contra todo discurso antiinmigrante. Nadie debe ser considerado ilegal, si bien tener una nacionalidad es un derecho humano, ello no significa que debemos discriminar a quienes son de otros países, de otros lugares.
Quien emigra lo hace para buscar oportunidades laborales, opciones de vida, o para huir de los conflictos armados que hoy día están azotando al mundo entero.
Sin embargo la política internacional, sobre todo de los países poderosos, ha sido el abandono y muchas veces cerrar las puertas a quienes viajan por tierra o por mar, para escapar de la violencia, que no en pocas veces les ha arrebatado a su familias, su hogar, sus pertenencias y en esta búsqueda de nuevos horizontes, hay quienes pierden hasta la vida.
Crisis migratoria
La Voz Ciudadana hace un llamado para que los Estados de todo el mundo, adopten las medidas necesarias para garantizar los derechos humanos de toda persona desplazada, refugiada o migrante.
No dejemos de enaltecer, nuestra constitución recordemos que el artículo primero “reconoce de manera amplia (sin excepción) el derecho de toda persona de gozar de los derechos reconocidos por el Estado mexicano en la Constitución Política nacional y en los instrumentos internacionales suscritos por este. Ante esto la población migrante, con independencia de su condición jurídica en el país, le son reconocidos todos los derechos que al resto de las personas y, por ende, deben serles respetados. El respeto irrestricto de los derechos humanos de la población migrante es uno de los principios en los que se sustenta la Ley de Migración publicada el 25 de mayo de 2011.
“Por una sociedad libre de discriminación y violencia”.