En el Marco de Acción Educación 2030 se establecen los mecanismos seguimiento y presentación de informes sobre los Objetivos de desarrollo Sostenible (ODS) con la misión de informar sobre la puesta en marcha de estrategias nacionales e internacionales orientadas a ayudar a todos los asociados pertinentes a dar cuenta acerca de sus compromisos. Para elaborar estos Informes, se conforma un equipo independiente acogido por la UNESCO. En este sentido, en días recientes la UNESCO presentó el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2017/8. Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir nuestros compromisos, con la finalidad de avanzar en la precisión de líneas de responsabilidad claras, saber cuándo y dónde se quiebran esas líneas y qué medidas son necesarias, en ello radica el sentido de la rendición de cuentas de este documento.
En el Informe se arriba a una conclusión clara: la falta de rendición de cuentas puede hacer peligrar el progreso, al posibilitar que en los sistemas educativos se incrusten prácticas perjudiciales. En primer lugar, la inexistencia de planes de enseñanza diseñados claramente por los gobiernos puede desdibujar los papeles y hacer que las promesas queden incumplidas y las políticas sin financiar. Cuando los sistemas públicos no imparten una educación de suficiente calidad y los agentes que buscan un beneficio económico colman esa laguna, pero actúan sin estar regulados, las personas marginadas salen perdiendo. Los gobiernos son los garantes principales del derecho a la educación, a pesar de lo cual ese derecho no es exigible en casi la mitad de los países y resulta vano todo lo que puedan intentar quienes tengan una queja o reclamación que hacer al respecto. (UNESCO, 2017)
En el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2017-2018 se evalúa el papel de la rendición de cuentas en los sistemas educativos mundiales con respecto a la consecución de la visión del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS 4): garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. A continuación, recupero algunas de las ideas más relevantes del Informe.
• Todo el mundo debe desempeñar un papel en la mejora de la educación, empezando por los ciudadanos, apoyados por organizaciones de la sociedad civil y por instituciones de investigación, que señalan las lagunas de que adolece la educación equitativa y de gran calidad.
• Está ampliamente demostrado que las pruebas y los exámenes muy exigentes basados en mediciones romas de los resultados pueden alentar los esfuerzos encaminados a ‘trampear con el sistema’, lo cual repercute negativamente en el aprendizaje y castigan desproporcionadamente a los marginados. Es vital recopilar datos sobre los resultados del aprendizaje, para arrojar luz sobre los factores que impulsan la desigualdad en la educación. Más, para extraer conclusiones precisas, hacen falta tiempo, recursos y competencias que pocos países poseen, y puede ser demasiado fácil sacar conclusiones erróneas.
• Rendir cuentas significa ser capaces de actuar cuando algo va mal, por medio de la política, las leyes y la promoción, inclusive a través de los defensores de los ciudadanos para proteger los derechos de estos. Tenemos necesidad de mecanismos generales más sólidos para consagrar y hacer cumplir el derecho a la educación y exigir a todos los gobiernos cuentas de sus compromisos, incluidos los donantes.
• Los gobiernos tienen responsabilidades jurídicas con respecto a la educación.
• Los ciudadanos pueden presionar al gobierno a través del proceso político para que cumpla sus promesas y también a través de movimientos sociales.
• Disponer de una mayor información mediática sobre cómo se gastan los fondos públicos puede ayudar a empoderar a los ciudadanos y aumentar la presión sobre los funcionarios encargados de la educación para que actúen de manera responsable.
• Una planificación de la educación realmente participativa puede exigir mucho tiempo y dedicación. Los gobiernos pueden sucumbir a la tentación de designar expertos, consultores o donantes para elaborar planes rápidamente, evitando amplias consultas. Estos apresuramientos van en desmedro de la implicación y el compromiso locales.
• La vigilancia presupuestaria es la función primordial de los cuerpos legislativos y ello requiere tiempo y contribuciones de expertos. Las organizaciones de la sociedad civil pueden ayudarlas a evaluar los presupuestos propuestos y alimentar las deliberaciones, Más que los presupuestos por partidas, los presupuestos programáticos ayudan a los legisladores a evaluar los gastos de manera más eficaz.
• Una manera de consolidar la información es que los gobiernos preparen informes nacionales de seguimiento de la educación como parte de sus obligaciones con órganos como los cuerpos legislativos o las organizaciones internacionales, así como para ayudar a los ciudadanos a responsabilizar a los gobiernos.