Uno de los elementos centrales de la política curricular para la educación básica que establece el documento de trabajo “Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana” (SEP, 2022), lo constituye el punto referido a los profesionales de la educación. En este apartado se establece que la misión de las maestras y los maestros “es conducir procesos formativos y dialogar con las y los estudiantes en un sentido crítico, de respeto mutuo, incluyente y equitativo, para que aprendan saberes, conocimientos, técnicas, operaciones, artes, prácticas, proyectos, habilidades y valores que sean significativos para su vida individual y colectiva”. (SEP, 2022:63) Lo anterior se complementa con la ponderación del papel del docente en la sociedad actual, la responsabilidad social que tiene, la importancia de reconocer su libertad académica en la práctica educativa como un principio curricular y el sentido de su acción educativa en un territorio concreto y situado que se construye y transforma continuamente.
Esta aspiración, no es muy diferente en su esencia, a las expresadas en años anteriores respecto al importante papel que juegan los docentes en el desarrollo de una política educativa y curricular. Sin embargo, no establece con claridad las estrategias en materia de formación que acompañarían la puesta en marcha de un nuevo currículum, tanto en la formación inicial como de manera permanente. Parto del supuesto de que si se quiere propiciar en los alumnos procesos formativos y diálogo con un sentido crítico, es fundamental procurar espacios a los futuros docentes.
Alfonso Torres