Ese fue su nombre artístico. Al nacer fue registrada como Anna Mae Bullock. Su papá cosechaba algodón en su natal Tennessee y fue un hombre violento. A los 13 años ya había sido abandonada por sus padres. A los 18 años tuvo a su primer hijo, Craig, con el saxofonista de “Kings of the Rhythm”, Raymond Hill. A los 22 se casó en Tijuana con Iker Turner, líder de la misma banda, con quien procreó su segundo hijo, Ronald. El matrimonio tuvo algunos éxitos musicales pero fue intensamente tormentoso y violento en todas las formas posibles hasta que Tina le puso fin luego de 16 años. Se atrevió a exponer pública y crudamente lo que vivió, e hizo visible la violencia doméstica en una época en que de eso no se hablaba y era un estigma. Contra todo pronóstico y luego de muchos años de solista, alcanzó la cima del éxito a los 45 años de edad.
En 2009, Tina Turner, “La Reina del Rock N' Roll' realizó una gira mundial para festejar 50 años en el mundo del espectáculo y también para despedirse de los escenarios. Renunció a la ciudadanía estadounidense y se refugió en Suiza con su segundo esposo Erwin Bach. Durante sus últimos 10 años sufrió un derrame cerebral, padeció cáncer intestinal, presentó insuficiencia renal crónica derivada de una hipertensión que ella admitió haber descuidado, fue dializada y se sometió a un trasplante de riñón que le donó Erwin. Su salud era tan frágil que llegó a considerar el suicidio asistido. Pero no solo fueron las enfermedades: su hijo Craig se suicidó en el 2018. El segundo, Ronald, falleció en el 2022 por complicaciones de cáncer.
No hay vida fácil. No importa cuánta fama, poder, reconocimiento o riqueza se pueda acumular. Vivimos en un mundo roto y cada uno de nosotros estamos rotos. El pecado propio y/o el de otros, junto con las aflicciones propias de la vida, generan una carga que de pronto parece insoportable.
“Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados y les daré descanso”, promete Jesús en Mateo 11.28-30. Vayamos a Él tal y como estamos. Reconozcamos nuestra condición necesitada y perdida, y pidámosle que nos perdone y venga a morar a nuestro corazón. Él ya pagó por nuestra paz en la cruz y sentado a la diestra del Padre intercede en nuestro favor.
Cree en Jesucristo. Él está dispuesto a rescatarte y darte vida.