El Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos realizó un curioso estudio. Los expertos investigaron las probabilidades de fallecer realizando diversas actividades deportivas, y esto fue lo que encontraron: La probabilidad de morir al volar en Glider es de 1 en 560. En paracaídas, 1 en 101 mil 83. En una pelea de boxeo, 1 en 2 mil 200. Buceando, 1 en 34 mil 400. Jugando futbol americano, 1 en 50 mil. En una carrera de motos, 1 en mil. Trotando o corriendo, 1 en 1 millón. Practicando ciclismo al aire libre, 1 en 140 mil 845. Nadando, 1 en 1 millón. En una carrera de autos deportivos, 1 en 100. Saltando en Bungee, 1 en 500 mil.
Este tipo de información es importante, por ejemplo, para las aseguradoras. El costo de una prima para cubrir alguna eventualidad se incrementa proporcionalmente a los riesgos. Hablando de estadísticas y seguros, ¿cuál es la probabilidad de salir con vida de este planeta? Tú conoces la respuesta: Cero. Tarde o temprano exhalaremos un último suspiro.
Aquí surgen otras interrogantes. ¿Qué hay después de la muerte? ¿A dónde va la persona que fallece? ¿Se puede asegurar un destino de gozo y no de sufrimiento? Hay dos vías para ofrecer respuestas a estas preguntas. La primera de ellas es a través de la especulación, y no ofrece ninguna certeza. La segunda es a través de la revelación divina, y ofrece una total seguridad.
La Biblia dice que, una vez que nuestro corazón deja de latir, inicia nuestra eternidad en el Cielo, o en el Infierno. Nos dice que con claridad que al tormento eterno van los pecadores que rechazaron ser salvados por Jesucristo; y al cielo van los pecadores que aceptaron ser salvados por Jesucristo. ¿Cómo es esto?, te preguntarás.
La Biblia explica que todos los seres humanos somos pecadores; que no hay justo, ni siquiera uno; que no hay hombre que haga el bien y nunca peque. Eso conduce a la destitución de Dios aquí y por la eternidad. Sin embargo, Dios nos ama tanto que ha provisto un rescate 100% seguro para recibir perdón e ir al Cielo: Jesucristo.
“El justo por los injustos para llevarnos a Dios”, 1ª. Pedro 3.18. “La prima”de nuestra redenciónla pagó Jesús con su sangre derramada en la Cruz. Él quiere salvarte. Cree en él. Pídele que te perdone, y que venga a morar a tu corazón, y él lo hará.
Alejandro Maldonado