El lunes de esta semana fue “el día más triste del año”. Por eso, y con el hashtag #BlueMonday, las redes sociales se vieron inundadas de mensajes tanto de ánimo como de memes y mofas.
Los antecedentes de la fecha datan de una campaña de la desaparecida agencia de viajes “Sky Travel”, que en el 2005 contrató al psicólogo Cliff Arnall para que estimara cuál sería el mejor día para planificar las vacaciones de verano. En vez de ello, y con una serie de variables que incluían hasta el clima, el especialista diseñó una “fórmula” para calcular cuál sería el peor día del año y concluyó que “el tercer lunes de enero es particularmente deprimente”.
Más allá de los debates que persisten en torno a esa fecha, lo cierto es que la mayoría de los días del año resultan desafiantes para muchos de nosotros. Los avances científicos y tecnológicos de la época no neutralizan incertidumbres, estrés, ansiedad, frustraciones, inseguridad, temores, culpas, resentimientos, amarguras, o carencia de sentido en la vida.
“Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al corazón sabiduría”, clamó Moisés a Dios hace alrededor de 3 mil 300 años. Podemos saturarnos de actividades, distracciones y entretenimiento hasta el cansancio; pero al ser creados por Dios nunca podremos encontrar fuera de él nuestro propósito y sentido existencial. Sin su intervención en nuestras vidas estamos perdidos aquí y por la eternidad.
¿Cuánto tiempo llevas respirando, pero sintiéndote “blue”? Sabes a lo que me refiero. Sonreír por fuera, mientras que por dentro estamos hechos trizas. Nuestras fotos pasan por muchos filtros antes de que las subamos a las redes sociales, pero nuestro corazón no presenta cambio alguno.
“Vengan a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo les daré descanso”, promete Jesús. Esto no tiene que ver con “prosperidad”, “sanidad”, o ausencia de dificultades, sino con el hecho de que Él ya resolvió el más grave de nuestros problemas en la cruz: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”, 2ª. Corintios 5.21.
Jesús quiere estar en y con nosotros todos los días, -incluyendo los “blues”-, hasta el fin del mundo. Cree en él. Entrégale tu vida. Solo pídele que te perdone, salve y transforme.
Alejandro Maldonado