Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia:
—Pederito: ¿Qué onda, mis reyes? Aquí les dejo la invitation para el fiestón que me armé en Madrid, joder. No siempre se cumplen 60.
—Delgadito: #SeasMamón, Pederito arma una party acá, yo me voy a Portugal, te voy a fallar.
—Pederito: Claro, para los que no brinquen el charco pondré el St. Regis.
—Monrey: Pero acabando el extraordinario, no nos vaya a regañar la Dra.
—Dato protegido 2: Cuenta conmigo en la de aquí, Pederito. Tengo que parar a Claudio X, que se está metiendo con mi mujer.
—Pederito: Monrey, ¿ya están tus tickets a Madrid?
—Monrey: Ya, los compró Quiquín. Él luego se va de ped* a Ibiza. Y pues yo celebro 40 de matrimonio.
—Pederito: Enhorabuena. ¿Saben por qué no responde Adán?
—Monrey: Anda desaparecido. Creo que lo pusieron a barrer.
—Todos: jajajaja
—Pederito: Es que no me han confirmado los Yunes.
—Monrey: Andan en Italia. Les queda cerca.
Ex Andy se unió al grupo.
—Ex Andy: Oigan, tenemos Consejo Nacional ese fin. Ya me habló Alcaldesa. Yo estaré en un asunto personal.
—Pederito: Con Tokio, mi Andy, digo, Andrés. Disfruta. Échate un sake a mi salud.
Ex Andy abandonó el grupo.
La dramatización coincide con los viajes de verano de Morena, que contradicen el discurso de su “movimiento de transformación”.
Claro que los funcionarios deberían viajar, por trabajo y por placer. Ver el mundo, tomar ejemplos. Pero la forma en que lo hacen los líderes de Morena es hipócrita.
Desde aquel viaje a Francia de Gerardo Fernández Noroña, en asiento business. Pasando por la lujosa fiesta madrileña de Pedro Haces, a la que asistieron Ricardo Monreal y Enrique Vázquez, que luego siguieron en su eurotour. El secretario de Educación, Mario Delgado, en Portugal. Y el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, en Tokio, Japón.
Se van como ricos a lugares de ricos, donde comen y compran como ricos. Como lo que criticaban. Ahí está su ex rival político (ahora aliado) Miguel Ángel Yunes Linares, gozándola en Italia.
Se saltaron el Consejo Nacional del partido e ignoran a la presidenta Sheinbaum, que les dice que se ven mal. Ella, la jefa de Estado, se fue en turista, hizo escala y trasbordó para ir a un viaje de trabajo a Canadá, a pesar de que tuvo un avión oficial a su disposición.
El principio de “primero los pobres” y la frase “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre” se los pasan por el arco del triunfo. Y eso que ninguno (hasta ahora) fue captado en París.
Felices vacaciones del bienestar.
