En Puebla no hubo espacio para celebrar tranquila y plácidamente la Navidad, que nos recuerda el nacimiento de Jesús, hace más de dos mil años.
Desde el primer minuto del 25 de diciembre comenzaron las precampañas, que marca el calendario electoral para que los aspirantes a la gubernatura de Puebla comiencen con un proceso de promoción interna ante sus simpatizantes. En eso resulta un absurdo, ya que las tres fuerzas políticas que pelean la continuidad del poder del 2024 al 2030, ya cuentan con un candidato único, es decir, no hay una pelea interna que defina lo que ya se definió con mucha antelación.
En el caso de Morena, Alejandro Armenta inició su recorrido por el estado meses atrás y un proceso interno del partido, sumando al PT y al PVEM que lo hicieron coordinador de los Comités de Defensa de la 4T, lo que le permitió obtener en automático y por consenso la precandidatura sin otros rivales.
Lo mismo ocurrió con Eduardo Rivera, quien desde un inicio se convirtió en el perfil idóneo para luchar por recuperar el Poder Ejecutivo. Si bien algunos amagaron, nunca existió quien realmente tuviera las mínimas posibilidades de pelearle la nominación ni en el PAN y mucho menos en el PRD y el PRI.
Y para el caso de Movimiento Ciudadano, de forma sorpresiva y de último minuto, la precandidatura cayó en las manos de su dirigente en Puebla, Fernando Morales dejando fuera de la contienda interna y por la mala, a Graciela Palomares.
Estos tres perfiles usarán el periodo que por ley les da el INE y el IEE para poder hacer intercampaña, convocar a eventos masivos y encuentros de todo tipo “con la militancia” para que bajo sus estatutos decidan si serán o no en el futuro inmediato, los candidatos oficiales, lo cual, insisto, resulta un absurdo.
Como sea, lo que veremos en los próximos diez días será la forma en como los equipos de campaña comienzan a aceitar la maquinaria para la gran batalla que se sorteará los 60 días previos al 2 de junio, aunque en el periodo entre enero y marzo, seguramente los precandidatos seguirán encontrando las lagunas legales para promocionarse y exponer sus “sueños e ideas” para Puebla.
Otra de las tareas que deben tomar en cuenta las fuerzas políticas es la forma como repartirán las demás posiciones al Senado, al Congreso federal y el local; pero sobre todo a los 217 ayuntamientos. Eso también representará todo un reto para evitar fracturas.
El titulo de esta columna, obviamente es sarcasmo.
