Se habló mucho sobre la eficacia de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla para resolver el feminicidio de la activista Cecilia Monzón.
Minimizar o dejar de reconocer que se actuó con prontitud, sería un absurdo. Esos grupos que han salido a cuestionar esta resolución, son generalmente los que estan en desacuerdo con todo de forma sistematica.
Pero también es cierto que enfocarnos sólo en el caso de Cecilia Monzón, es ver el árbol y no el bosque.
¿Cuántos casos de personas desaparecidas, de feminicidios, de violencia politica de genero, de delitos que afectan la paz y tranquilidad de las familias poblanas siguen sin resolverse?
Muchísimos.
¿Qué hizo diferente el caso de Ceciclia con el de
otras muchas mujere asesinadas?
Que el caso de Cecilia se mediatizó y alcanzó incluso una dimensión de diplomacia internacional desde el momento en que la embajada de España intervino con un comunicado.
Que Cecilia era mediática, que colaboraba en algunos medios, que era activa en redes sociales, que formaba parte del jet set, que era abogada y además activista.
Pero qué pasa con aquellas víctimas que no tienen estos, digamos “privilegios” por decirlo de manera sencilla.
Qué pasa con aquella mujer que manejaba un taxi en la zona de San Pedro Cholula y fue asaltada por tres sujetos, violentada y asesinada. O aquella mujer que fue a Atlixco a trabajar y desapareció para después ser hallada muerta.
O con aquella que fue levantada en el municipio de Amozoc y por un mes no se supo nada de su paradero pero que después fue localizada sin vida dentro de una cisterna.
Y no es un caso exclusivo de Puebla, pues lamentablemente ocurre en cada estado de la república mexicana.
Que se haya resuelto el tema de Cecilia esta bien, pero que se resuelva todos los demás casos estaría mejor.
Por otro lado, esperemos que no tengan que pasar años para que se dicte sentencia contra los responsables del feminicidio de Cecilia Monzón, como ocurrió con el caso de Nazaria Irais que después de 4 años sus victimarios fueron condenados.
Hoy mas que nunca es prioritario que la justicia pise el acelarador.
Alberto Rueda