Cultura

Chamán

Cámara: Rolleiflex SL35; rollo: Lomography purple.


El desierto posee una gran virtud y al mismo tiempo presenta un peligro: es capaz de crear el escenario perfecto para escuchar la voz de Dios, pero también puede generar delusiones muy serias.

Espinazo, NL, 17 de octubre, 1974. Aniversario de la muerte del Niño Fidencio. Se han hecho películas, documentales, exposiciones fotográficas; todo. No deja de sorprenderme; la última vez que estuve en Espinazo no había fiesta ni nada; los alrededores son bonitos y el pueblo es interesante, pero no sobresale por nada en particular. Excepto por el aniversario del curandero. Durante una semana, el pueblo se llena de gente, vendedores de artículos religiosos, remedios herbales y medicinas con propiedades mágicas, veladoras e inciensos, toda clase de amuletos, estampas, bustos y camafeos de santos; hay tacos, pollos asados, barbacoa, tamales. Esos días son especiales; viene gente no solo de los alrededores, sino de Estados Unidos. Fieles que acuden en familia, en cofradías, en grupos de devotos.

Y ahí es donde se arma el asunto. La avenida principal se llama, muy apropiadamente, Jerusalén. Por ahí, entre vendedores ofreciendo sus magias y objetos exóticos van desfilando las procesiones. Unos van hincados, otros, los que más me impresionaron, van rodando. Sí: rodando. Penitentes rodantes. Entre oraciones, inciensos y alabanzas se van acercando poco a poco al charco. Ahí es donde ocurre este ritual que a mí me ha parecido de lo más interesante. Se trata de una pileta circular, como de 6 metros de diámetro, llena de un agua lodosa muy negra y con un fuerte olor a azufre. En la zona hay varios puntos con aguas termales, así que creo que este afloramiento tiene que ver con la geología de la región. Los piadosos se meten allí para purificarse.

Los ayudan los cajitas, depositarios del niñito Fidencio, y con su voz estrangulada, los alivian. Es una escena extraña. No es fácil entender lo que ocurre en este lugar; el desierto guarda esta capacidad, esta potencia para crear ilusiones. Algunos escucharán la voz de Dios, otros sentirán su presencia en las aguas geotermales y otros más lograrán establecer esta conexión con el chamán a través de sus sacerdotes. Lo que me dejó perplejo es que, al ir avanzando por la calle principal, muchos grupos portaban estandartes del Niño Fidencio, de la Virgen de Guadalupe, de otros santos, pero también de Pancho Villa y de Emiliano Zapata. ¿Qué coño tienen que ver estos caudillos con lo religioso? Aquí en Espinazo se mezcla todo y se genera un bálsamo muy extraño que solo ocurre en este lugar. No sé qué significa y tampoco creo que tenga sentido. Se fue haciendo a sí mismo y hoy es una expresión fuerte e impetuosa que se combina con los vientos secos y minerales que bajan de las sierras.

Ya baja el sol. Regresamos. Me voy deteniendo en varios puntos de la carretera para sacar fotos. El paisaje es increíble; cerros de tonos marrón, morado y sepia, y grupos de nubes esparcidas por la amplitud del desierto. Echo un vistazo atrás y parece que el pueblo ha desaparecido. Quizá sea solo eso, un espejismo.

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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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