
Avanzar hacia la transición energética es indispensable para combatir el cambio climático y colaborar en los esfuerzos globales en pro del cuidado de nuestro planeta. También es un proceso ineludible y necesario para cumplir con los compromisos adquiridos tanto por el gobierno como por las empresas globales que tienen operaciones en nuestro país o buscan invertir en él. Solo en noviembre pasado, México aumentó sus metas de reducción de emisiones de gases efecto invernadero incluidas en la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés) de 22 a 35% para 2030, y cada vez son más empresas las que se comprometen a operar con cero emisiones netas. Esto significa que México debe ofrecer energía cada vez más limpia.
El debate no es si debemos o no profundizar la transición, sino cómo y a qué velocidad. En Sempra Infraestructura estamos convencidos de la necesidad de una transición energética responsable. Así lo indica el más reciente Informe de Sustentabilidad Corporativa 2022.
¿A que nos referimos con que debe ser responsable? A que este proceso debe darse manteniendo un balance entre transición y seguridad energéticas; a que debemos elevar paulatinamente la generación con energías renovables como la solar y eólica, cuidando siempre la confiabilidad del sistema eléctrico nacional; y a que debemos aprovechar todas las tecnologías disponibles para generar electricidad de forma balanceada y conforme a la disponibilidad de los recursos con que contamos.
¿Cómo lograr ese balance? Aprovechando todos los recursos naturales con los que cuenta México para generar energía más limpia. Nuestro país es rico en recursos solares y eólicos. De acuerdo con el Laboratorio Nacional de Energías Limpias de EU (NREL), México tiene un potencial de instalar 25 mil gigawatts (GW) de generación solar, 3 mil 700 GW de potencial eólico y 2.5 GW de energía geotérmica. Según la Secretaría de Energía, México requiere agregar 8 mil 858 megawatts (MW) de 2023 a 2026. Tenemos pues recursos de sobra para que esa energía pueda ser cubierta con fuentes renovables de manera responsable.
Al mismo tiempo, México cuenta con una ubicación privilegiada para el acceso a los abundantes recursos de gas natural de Estados Unidos. Esto ya ha sido aprovechado por el país, que de 2014 a 2021 incrementó en 51% la capacidad instalada de plantas de ciclo combinado que usan gas natural, lo que permitió generar en 2022 el 55% de la energía con estas plantas. El consenso mundial es que el gas natural es el combustible de la transición, y que continuará jugando un papel crítico en nuestros sistemas eléctricos en las siguientes décadas.