De acuerdo con un estudio elaborado por el Clúster Energético de Nuevo León, siete de cada 10 empresas enfrentan dificultades para contratar talento adecuado en el sector energético de Nuevo León.
El organismo consideró que la brecha entre las competencias del mercado y las necesidades del sector energético es significativa, por lo que urgió a fortalecer el capital humano técnico y especializado para cerrar esta brecha.
La investigación tuvo el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y las universidades UANL, Tec de Monterrey, U-ERRE, UDEM, Tecnológico Nacional de México y Conalep, y se utilizó una encuesta entre los casi 100 socios del Clúster.
De los afiliados, el 71.4 por ciento consideró que los egresados universitarios no están preparados para enfrentar los retos del sector.
El 52.4 por ciento de las empresas identificó dificultades en áreas técnicas y operativas como el mantenimiento, operación e instrumentación; el 23.8 por ciento señaló regulación y normatividad, ante la complejidad del mercado eléctrico y las áreas emergentes con escasez son: innovación estratégica, comercialización, I+D y diseño.
Los técnicos especializados representaron el perfil más difícil de encontrar, con 29.8 por ciento, de acuerdo con la encuesta. También se apuntó una escasez de maestrías y especializaciones avanzadas en 20.2 por ciento e ingenierías en energía, con 19 por ciento.
El estudio “Despliegue de una estrategia para el desarrollo de habilidades de la industria energética de Nuevo León” señaló que Nuevo León vive una coyuntura estratégica y con la llegada de inversión derivada del nearshoring, lo cual ha generado una fuerte expansión de parques industriales, especialmente en las zonas norte y oriente del Área Metropolitana de Monterrey, aumentando la presión sobre la infraestructura energética.
Esto a pesar de contar con más de ocho mil megawatts instalados -69 por ciento en ciclo combinado-, solo 12 por ciento proviene de fuentes renovables. A la par, el empleo en los sectores extractivo, eléctrico y manufacturero ha crecido aceleradamente, proyectándose que para 2030 más de 850 mil personas estarán directa o indirectamente vinculadas al sector energético.
Ante este escenario se apuntó que el objetivo es que Nuevo León se posicione como líder en la transición energética, apalancando su peso industrial y su rol en el nearshoring. Por ende, la finalidad es reducir la brecha laboral energética mediante cuatro líneas de acción: alianzas educativas, microcredenciales, diálogo con empresas tractoras y observatorio de talento energético.
Los hallazgos
En el estudio también se indicó que en 2025, los empleadores priorizan el pensamiento analítico, la resiliencia y el liderazgo social; hacia el 2030, las habilidades más demandadas serán la inteligencia artificial, ciberseguridad y alfabetización tecnológica; las competencias blandas y el aprendizaje continuo se mantienen relevantes a lo largo del tiempo y la gestión del talento, ambiental y la empatía emergen como diferenciadores en un entorno automatizado.
La demanda energética ha superado la capacidad de distribución en zona clave, los retos críticos son saturación de la red, falta de subestaciones, picos de carga y optimización de la demanda (almacenamiento, eficiencia, gestión inteligente).
El estudio refirió que se proyectan 890 mil egresados entre 2020 y 2026, incluyendo 305 mil de licenciatura, 160 mil de bachillerato tecnológico y 61 mil de ingeniería.
Resaltó que entre las habilidades más difíciles de encontrar son: trabajar bajo presión, negociación, gestión del tiempo, retroalimentación y liderazgo.
Asimismo, entre 2020 y 2027, se proyectan 302 mil 983 egresados en carreras afines a la cadena energética.
Finalmente se lee que el reto no es solo la cantidad de egresados, sino su vinculación efectiva con las necesidades técnicas del sector energético.