Las mayores compañías de petróleo y gas del mundo están recortando empleos, reduciendo costos y frenando inversiones a un ritmo más rápido desde el colapso del mercado provocado por la pandemia de covid-19, mientras los directivos se preparan para un periodo prolongado de precios bajos del crudo.
Miles de empleos han sido eliminados en empresas como Chevron y BP, con promesas de ahorros adicionales de decenas de miles de millones de dólares. Los planes de gasto se han moderado, y algunos proyectos se han pausado o puesto a la venta mientras los grupos buscan equilibrar sus balances.
La industria de esquisto estadunidense ha sido especialmente afectada, y ConocoPhillips se convirtió la semana pasada en la última compañía en despedir personal en respuesta a la desaceleración.
“Esto no es solo un problema de Conoco”, dijo Kirk Edwards, director de Latigo Petroleum, un productor independiente en Texas, sobre los despidos. “Es una luz roja intermitente para toda la industria petrolera y de gas de Estados Unidos (EU)”.
Incluso las mayores empresas energéticas estatales no han sido inmunes, con Saudi Aramco vendiendo una participación de 10 mil millones de dólares (mdd) en una red de oleoductos para recaudar efectivo, y Petronas de Malasia recortando 5 mil empleos de su plantilla.
Los precios del crudo se han reducido a la mitad desde el pico que siguió a la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, mientras que la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) de continuar aumentando la producción, a pesar de los pronósticos de un exceso de oferta inminente, aumentará la presión sobre los precios.
En los últimos cinco meses, el cartel ha pasado de una estrategia de restricción de producción, para sostener los precios, a una de recuperación de cuota de mercado y aplastamiento de rivales de mayor costo en EU y otros países fuera de la OPEP.
Wood Mackenzie pronosticó que el crudo Brent de referencia caería por debajo de los 60 dólares por barril a principios de 2026 y se mantendría allí “por hasta algunos años”, salvo un shock geopolítico. El Brent se negociaba a poco menos de los 66 dólares el lunes pasado.
A menos de los 60 dólares, ninguna de las grandes petroleras occidentales puede cubrir sus planes de inversión ni los dividendos y recompras que los inversionistas esperan. Morgan Stanley prevé que recorten sus recompras en los próximos meses, mientras que BP ya lo ha hecho.
Mientras tanto, los niveles de endeudamiento han vuelto a los vistos antes del boom petrolero de 2022, que permitió a los productores reducir su deuda. Se prevé que el gasto de capital en producción global de petróleo y gas caiga 4.3 por ciento este año, a 341 mil 900 mdd, la primera caída anual en inversiones desde 2020, según Wood Mackenzie.
La Administración de Información Energética de EU indicó el mes pasado que la desaceleración en la inversión de capital en el país provocaría una caída en la producción de la mayor nación productora de petróleo del mundo por primera vez desde 2021.
Las consecuencias humanas son graves en Texas, centro de la industria estadunidense y sede de la gigantesca cuenca petrolera de Pérmica. El CEO de ConocoPhillips, Ryan Lance, dijo a los empleados que hasta 1 de cada 4, es decir, hasta 3 mil 250 personas, podrían quedarse sin trabajo para Navidad. Los recortes de Chevron, de hasta 8 mil empleos, están en marcha desde febrero.
Ambas compañías impulsan reestructuraciones amplias tras grandes adquisiciones, contratando consultoras de gestión para supervisar las reducciones.
“La manera de proteger la mayor cantidad de empleos es permaneciendo competitivos”, dijo el mes pasado el CEO de Chevron, Mike Wirth. “Tenemos que tomar control de nuestro propio futuro.”
En el Reino Unido, BP anunció en enero que recortaría 4 mil 700 empleos para mejorar los rendimientos para los accionistas.
ExxonMobil se encuentra en la mejor posición entre las grandes petroleras, según los analistas, debido a su baja deuda y flujos de efectivo libres que superaron los 14 mil mdd en la primera mitad de 2025.
Las grandes petroleras también están recurriendo a la subcontratación y a nuevas tecnologías, trasladando empleos administrativos, contables y de ingeniería calificada a países como India, mientras que la inteligencia artificial (IA) ofrece oportunidades para hacer más con menos.
“La IA da a los operadores nuevas formas de optimizar en un mercado desafiante”, dijo Andrew Gillick, de Enverus, una empresa de datos energéticos. “Habrá más por venir.”
Los productores estadunidenses, que han superado a sus pares europeos durante varios años, están particularmente expuestos a la economía del petróleo de esquisto, donde los perforadores necesitan un precio de 65 dólares el barril para obtener ganancias, según la Reserva Federal de Dallas. Esto es más alto que los campos petroleros de Medio Oriente o muchos ubicados en alta mar.
El número de plataformas de perforación y equipos de fracturación disminuyó a mínimos de cuatro años, según datos de Primary Vision y Baker Hughes.
Roe Patterson, CEO de Marauder Capital, un grupo de capital privado que invierte en el sector, dijo: “A los productores nacionales de petróleo les está resultando difícil mantener la perforación y el gasto de capital debido al aumento de los costos por aranceles y los precios débiles a consecuencia del aumento de producción de la OPEP, lo que está costando empleos.”
“El problema es que nuestra producción nacional de petróleo podría no estar allí cuando el país la necesite en el futuro”, dijo Patterson.
JLR
