Hace seis meses, Chevron se encontraba en una situación difícil.
La importante petrolera estadunidense se vio envuelta en una batalla con ExxonMobil por la adquisición de Hess en 53 mil millones de dólares. Donald Trump canceló su licencia en Venezuela y la caída de los precios del petróleo la obligó a anunciar un recorte de hasta 20 por ciento de su plantilla.
Pero mientras Chevron y Exxon se preparan para presentar sus resultados trimestrales, es la más pequeña de las dos compañías petroleras estadunidenses la que va viento en popa después de ganar el arbitraje de Hess y que el gobierno estadunidense le devolviera su licencia en Venezuela.
Estos acontecimientos crearon las condiciones para una competencia directa entre las dos grandes petroleras occidentales más dominantes, que son acérrimas rivales desde que se dividió Standard Oil, propiedad de John D. Rockefeller, hace más de un siglo.
“Se siente bien”, declaró Mike Wirth, director ejecutivo de Chevron, a los periodistas al anunciar los resultados de un arbitraje de 20 meses. Wirth creía que la demanda de Exxon por el acuerdo con Hess era injustificada, y que la medida intensificaba la rivalidad con el director ejecutivo de Exxon, Darren Woods, según personas familiarizadas con el asunto.
El acuerdo “crea una compañía internacional de gas y petróleo de primer nivel con la cartera de upstream (exploración, perforación y extracción) más sólida de la industria, los mayores márgenes de utilidades y uno de los mayores productores de gas y petróleo de EU”, añadió.
La finalización del acuerdo con Hess ofrece un impulso a Chevron al cerrar la brecha en exploración y desarrollo con su rival de 475 mil millones de dólares y eliminar un excedente en sus acciones. Sin embargo, la compañía tiene más trabajo por hacer para reconstruir su negocio de exploración, perforación y extracción después de años de recortes de costos si quiere aumentar su flujo de efectivo en la próxima década y competir con Exxon, señalan analistas.
La participación de 30 por ciento de Hess en el yacimiento de petróleo Stabroek de Guyana es uno de los activos más apreciados del planeta. El proyecto, desarrollado por Exxon en tiempo récord, alberga reservas de hasta un 2 billones de dólares y tiene un precio de punto de equilibrio por debajo de 30 dólares por barril.
Se pronostica que la producción de Stabroek se duplique hasta alcanzar 1.3 millones de barriles de petróleo diarios para 2027 y pueden alcanzar un punto máximo de más de 2 millones de barriles a principios de la década de 2030. Se espera que el acuerdo genere sinergias de costos anuales por valor de mil millones de dólares, diversifique las operaciones globales de Chevron y sume casi 500 mil barriles de petróleo diarios a la producción.
“Hess es un acuerdo importante que reduce el riesgo de concentración para Chevron, cuyo crecimiento dependía en gran medida de sus operaciones en la Cuenca Pérmica y Kazajistán”, dijo Alex Beeker, director de investigación de Wood Mackenzie.
Sin embargo, dijo que esto no revertirá la disminución de la producción y el flujo de caja de Chevron en la década de 2030, a medida que se agoten los recursos en algunos de sus mayores yacimientos de gas y petróleo.
Wood Mackenzie prevé que el flujo de caja upstream de Chevron —un indicador financiero clave del desempeño de la compañía— caerá 25 por ciento entre 2030 y 2040, mientras que el de Exxon solo bajará 5 por ciento. Un factor diferenciador clave es la continua inversión de Exxon en la Cuenca Pérmica, a pesar de la moderación de los precios del petróleo, algo que llevó a sus rivales, como Chevron, a recortar, según la firma de investigación.
Los pronósticos de Wood Mackenzie no incluyen la posible renovación en 2033 del contrato de Chevron en Tengiz, un vasto yacimiento petrolero en Kazajistán que pueden mejorar las perspectivas de crecimiento de Chevron.
La firma también debe aumentar sus reservas de gas y petróleo, que cayeron a 9 mil 800 millones de barriles el año pasado, la cantidad más baja en una década. Exxon reportó 19 mil 900 millones de barriles.
La compañía empezó a expandir la exploración mar adentro. El año pasado, Chevron llegó a un acuerdo de exploración y producción conGuinea Ecuatorial , país del que Exxon se retiró ese mismo año. En abril, la firma anunció la posibilidad de perforar un nuevo pozo en Namibia y en junio adquirió concesiones de exploración en Brasil, junto con Exxon y Petrobras.
La decisión de Trump de levantar la prohibición que se impuso a Chevron de extraer y exportar petróleo de Venezuela también puede ofrecer una ventaja.
“Si Chevron obtiene acceso sin restricciones a sus activos y confía en que la decisión de la administración Trump no se va a revertir, podría realizar inversiones a largo plazo que impulsarán la producción venezolana a más de un millón de barriles diarios”, dijo Schreiner Parker, analista de Rystad, consultora en el sector de energía.
Según Paul Sankey, analista independiente de investigación, Chevron y Exxon se verán obligadas a buscar oportunidades de fusiones y adquisiciones para impulsar su crecimiento. Que se completara el acuerdo Hess con Chevron, que elimina un factor diferenciador clave entre las dos grandes compañías petroleras estadunidenses, es otro motor, afirmó.
“El negocio upstream de Chevron ahora se parece mucho al de Exxon, y viceversa. Esta fue una razón clave por la que Exxon se opuso a que Chevron agregara Guyana a su cartera”, dijo Sankey.
Wirth puede tratar de cerrar una adquisición antes de dejar el cargo para eliminar la brecha de capitalización de mercado de 160 mil millones de dólares con Exxon.
Los banqueros dicen que entre los blancos se encuentran BP, que se encuentra bajo presión del inversionista Elliott Management para que se deshaga de activos. Occidental, con una posición de liderazgo en la Cuenca Pérmica, y señalan que Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, posee más de una cuarta parte de las acciones de Occidental y 6 por ciento de Chevron.
Wirth declaró a Finanicial Times que no hablaría de adquisiciones. “Vamos a centrar la atención en dirigir bien nuestro negocio, en integrar Hess de forma muy eficaz y en generar valor para los accionistas a partir de esta transacción”, dijo en una entrevista.
Pero Chevron y Exxon buscan constantemente oportunidades, sobre todo dada la disminución de activos de alta calidad en una era de transición.
“Vamos a tener tres o cuatro compañías petroleras en los próximos 10 a 15 años (en EU) y sabemos que una será Exxon y otra Chevron. Pero desconocemos las demás”, dijo Cole Smead, director ejecutivo de Smead Capital Management, empresa que invierte en activos de gas y petróleo.
Con información de: Tom Wilson en Londres