La energía agrovoltaica, basada en aprovechar un terreno tanto para obtener energía solar como productos agrícolas, podría elevar la productividad agrícola hasta en 70 por ciento, según expertos; sin embargo, la adopción de esta tecnología se ve lejana.
“La mayoría de los agricultores en México tienen más de 60 años, y muchas veces es difícil introducir nuevas tecnologías”, explicó en entrevista para MILENIO, Valeria Amezcua, presidenta de la red agrovoltaica mexicana y vocera para Intersolar México.

Bajo interés por la agricultura en nuevas generaciones
El interés del agricultor es clave para probar y aprovechar los beneficios de esta innovación, la cual llegó a México en 2019; no obstante, el problema es que los jóvenes están abandonando el campo, lo que representa un desafío crítico para el futuro agrícola del país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 58 por ciento de los productores rurales en México tiene más de 50 años, y solo el 12 por ciento de los jóvenes entre 18 y 25 años considera como opción dedicarse a actividades agropecuarias.
La energía agrovoltaica, según Amezcua, ofrece una oportunidad para revertir esta tendencia, ya que al combinar agricultura con energía solar, se pueden reducir costos operativos, aumentar la productividad y hacer más atractiva la vida en el campo para las nuevas generaciones.
Amezcua detalló que los paneles solares fotovoltaicos instalados sobre los cultivos permiten sustituir maquinaria y bombas de agua que funcionan con diésel, reduciendo gastos y aumentando la eficiencia de los procesos productivos.
“Con electricidad, los agricultores pueden tecnificar sus sistemas de riego, instalar cámaras frías y procesar alimentos, reduciendo desperdicios y mejorando la calidad de sus productos”, señaló.

Desafíos de la técnica agrovoltaica
No obstante, otro desafío es la diversidad climática del país, porque la energía agro voltaica debe adaptarse a diferentes suelos, niveles de humedad y tipos de cultivos, por lo que cada proyecto requiere una evaluación cuidadosa según la región y las necesidades específicas del agricultor.
Por último, Amezcua explicó que al generar electricidad con la técnica agrovoltaica, los agricultores pueden mejorar la calidad de sus productos, reducir desperdicios y, en caso de producir excedentes, obtener ingresos adicionales a través de la venta de energía.
De esta manera, no solo se incrementa la productividad de los terrenos agrícolas, sino también se contribuye a la modernización del campo y a la sustentabilidad del sector agropecuario mexicano.

AG