Raphael Graven, un influencer francés de 46 años conocido como Jean Pormanove, murió el pasado 18 de agosto mientras realizaba una transmisión en vivo en la plataforma Kick.
Durante más de 12 días, Graven apareció de manera ininterrumpida ante las cámaras mientras era insultado, golpeado y humillado por otros creadores de contenido.
La Fiscalía de Niza reveló que el fallecimiento del influencer podría estar relacionado con factores toxicológicos o médicos, ya que el hombre contaba con un historial de problemas cardíacos.
Aunque no se encontró una vinculación directa entre las agresiones que sufría constantemente y su deceso, el caso avivó las discusiones sobre un fenómeno que en internet es conocido como trash streaming. ¿Qué sabemos sobre este tema? En MILENIO te contamos.
Donativos a cambio de humillaciones
Muchas de las donaciones que recibía el canal de Jean Pormanove en la plataforma Kick, con más de 190 mil seguidores, eran una muestra de regocijo entre su público ante las vejaciones que constantemente sufría el hombre.
Los influencers que basan su popularidad en este tipo de conductas son conocidos en la red como trash streamers, que puede traducirse al español directamente como "creadores de contenido basura".
El término ha sido utilizado, precisamente, para referirse a quienes cometen actos degradantes y violentos, ya sea contra sí mismos o contra otras personas, durante emisiones en directo.
En un artículo publicado en 2022, las investigadoras Barbara Cyrek y Malwina Popiolek definieron el trash streaming como una vía para transmitir en vivo conductas "odiosas, violentas y socialmente inaceptables". En su definición, resaltan que estos contenidos suelen empalmarse con la vida privada de los creadores y, por lo general, están mediados por los mensajes de la audiencia que realiza donaciones.

"Los espectadores sienten curiosidad por averiguar hasta qué extremos son capaces de llegar los streamers. La posibilidad de dirigir lo que ocurre en las transmisiones crea una alta probabilidad de situaciones inesperadas", establecen las autoras de la investigación.
Las tragedias más conocidas del trash streaming
Aunque la muerte de Jean Pormanove arrojó luz sobre esta esfera del internet, el trash streaming no es un fenómeno nuevo, ya que sus orígenes son rastreables hasta la década pasada, principalmente en países como Rusia y Polonia.
Uno de los casos más siniestros en este sentido fue el del streamer ruso Stanislav Reshetnyak, conocido en plataformas digitales como Staas Reeflay, quien agredía constantemente a su novia, Valentina Grigoryeva, ante miles de observadores en Youtube.
En diciembre de 2020, los seguidores del joven lo incitaron, mediante donaciones, a dejar a su pareja en el patio de su casa en Moscú, con temperaturas bajo cero en el exterior.
Valentina, quien estaba embarazada, murió en el frío a causa de un traumatismo craneoencefálico mientras su novio seguía ante las cámaras. Reeflay fue detenido y sentenciado a seis años de cárcel en abril de 2021 por el delito de homicidio involuntario.
Otro de los casos más conocidos es el de Simón Pérez, un economista español que cayó en la ruina tras la viralización de un video en el que hablaba sobre inversiones e hipotecas bajo los efectos de las drogas.
Después de haber sido despedido y haberse quedado sin hogar, trató de difundir sus conocimientos en el ámbito económico a través de redes sociales, pero su proyecto no prosperó. Fue así que llegó a plataformas como Kick, en donde se sometía a un sinfín de situaciones degradantes a cambio de dinero.
Además de los casos registrados en la vida real, el tema del trash streaming fue abordado en la séptima temporada de la serie Black Mirror, de Netflix. En el capítulo Una pareja cualquiera, el protagonista, interpretado por Chris O'Dowd, decide registrarse a una plataforma de transmisiones en vivo como una medida desesperada para conseguir dinero y mantener viva a su esposa enferma, a cambio de tareas que atentan contra su integridad y dignidad.
BM.