Un anuncio que publicita pantalones de mezclilla de la marca American Eagle en el que aseguran que la actriz Sydney Sweeney tiene “buenos jeans” puso en la mira a una de las prendas presentes en el guardarropas de prácticamente todas las personas.
Su uso tal y como se conoce en la época actual no ha sido siempre permitido, ni portarlo ha tenido el mismo significado a lo largo de la historia. Aquel textil azul que comenzó como un uniforme para los obreros, hoy viste los cuerpos de las celebridades más aclamadas, pero ¿cómo se dio este cambio? Aquí te lo contamos.

Antecedentes: así surgió la tela
El denim
Rastrear la procedencia de la mezclilla implica trasladarse hasta Francia, específicamente en la ciudad de Nimes, un lugar que se caracterizó por su producción de textiles durante el siglo XVII, pero que pasaría a la historia gracias a la tela creada con la sarga, un tipo textil con el que se confeccionó un material resistente y capaz de enmendarse con facilidad.
Ambas características fueron fundamentales para lograr fortalecer la industria textil nimesa, que, de acuerdo con el texto Memorias de la Academia de Nimes, ya poseía una maestría en la producción de seda, pero que con el denim o mezclilla, cubrieron el sector de vestimenta de los trabajadores.
EL DATO¿Qué es la 'sarga'?
Es la tela cuyo resistente tejido forma líneas diagonales, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (RAE); esto se consigue combinando la trama —hilo en horizontal— y la urdimbre —hilo en vertical— del algodón.
En cuanto al origen de la palabra ‘denim’, se presume que es una transformación de la frase serge de Nimes, debido al lugar origen del textil. Traducida al español es 'Sarga de Nimes', y de acuerdo con el medio BBC, al ingresar en el territorio estadunidense se tradujo como sarga denim, culminando en la contracción que se utiliza en la actualidad para nombrar a los populares pantalones azules.
Los jeans
En ese entonces, Nimes libraba una batalla contra otra potencia textil, debido a que la ciudad italiana de Génova ya poseía un resistente tejido que los nimeses intentaron replicar. Retrocediendo aún más en el tiempo, cerca del siglo XIII, el futaine de Gênes fue una tela precursora del denim compuesta por algodón y lino, que gracias a su durabilidad también se utilizó para la ropa de los campesinos.
La frase también se transformó, siendo conocida después como jean fustian, de acuerdo con BBC, y lexicalizándose como ‘jean’ cuando fue conocida —y usada— mundialmente.

El origen de la prenda: Levi Strauss
Un comerciante alemán llamado Levi Strauss tomó nota de esta disputa entre Francia e Italia por ver quién hacía la tela más resistente, y en el siglo XIX emprendió un viaje desde su natal Baviera hacia San Francisco, Estados Unidos.
Su traslado no fue fortuito, debido a que en la región norteamericana se habían encontrado yacimientos de oro, provocando que miles de mineros e inmigrantes acudieran a la zona para buscar su parte del motín, durante un periodo de la historia norteamericana conocido como la Fiebre del Oro. De acuerdo con National Geographic, la región pasó de tener 500 habitantes a 25 mil en menos de un año.
Frente a ello, Levi Strauss abrió una tienda en 1853 y comenzó vendiendo casas de campaña, clavos y otros artículos fabricados con el material basado en la sarga del denim y los jeans.

Empero, los productos no tuvieron el recibimiento esperado, por lo que junto al sastre Jacob Davis confeccionó una prenda parecida a lo que conocemos actualmente como jeans, que contrario a lo ocurrido con los otros objetos, resultó un éxito, pues los bolsillos de los pantalones eran ideales para que los mineros pusieran ahí las pepitas de oro recolectadas.
Con remaches, lienzo café de algodón y la característica tela azul, el 20 de mayo de 1873 Strauss y Davis patentaron la prenda ideal para los mineros y obreros, dando origen a los blue jeans que inicialmente se llamaban 'XX', de acuerdo con el sitio web de Levi's.
Del uniforme a los vaqueros
El camino para que esta prenda, que en un principio facilitó el empleo de los obreros, fuera concebida como un masificado símbolo juvenil fue largo. Tuvieron que pasar varios años para que Strauss y su incipiente competencia dejaran de priorizar la funcionalidad sobre el diseño.
La primera transformación fundamental ocurrió a principios del siglo XX, cuando el ex presidente Theodore Roosevelt ostentó el gobierno de Estados Unidos y su empeño por la “conquista del Oeste” —nombre de uno de sus libros— marcó el camino para la producción de los primeros escenarios en la industria hollywoodense.
El entusiasmo por el Oeste puso en el foco al personaje de los cowboys o los vaqueros, presentes en libros de la época como El Virginiano de Owen Wister, o películas como Asalto y robo de un tren de Edwin Porter.
“Con ropa suelta y desgastada, con arrugas y la cara sucia”, era la descripción que el crítico literario Robert Warshow daba para enunciar la vestimenta de estos personajes.
Por ello, los jeans fungieron como la indumentaria perfecta para poner en la ficción lo que los obreros llevaban años usando en su cotidianidad.

Mujeres comienzan a portarlos
Aunque los hombres pudieron usar esta prenda desde su creación, las mujeres tuvieron que esperar para incluir los jeans entre su vestimenta. Iniciando por los pantalones en general, fue hasta el siglo XIX que Elizabeth Smith Miller se convirtió en una de las pioneras en reformar la vestimenta femenina.
Conocida como “la primera mujer en usar pantalones”, Elizabeth creó los ‘bloomers’, que unían la forma de los pantalones turcos bombachos con una falda hasta las rodillas; la prenda se convirtió en un elemento representativo para la lucha de las sufragistas, de acuerdo con la Biblioteca Pública de Nueva York.
Respecto a los vaqueros, fue hasta el siglo XX que comenzó a estandarizarse su uso alrededor del mundo. Levi 's creó en 1918 los 'Freedom-Alls', una prenda que era a la vez una túnica y un pantalón diseñados para otorgar “libertad de movimiento a las mujeres”, según puede leerse en su sitio.
En 1934 los 'Lady Levi 's' llegaron al mercado, confeccionados como el modelo más representativo de la marca pero añadiéndoles cintura alta y una forma más ceñida para el cuerpo femenino.
Fue hasta el movimiento unisex de finales de los sesenta y principios de los setentas que las manufactureras empezaron a fabricar esta prenda para las mujeres, de acuerdo con el libro Jeans: la historia cultural de un ícono americano de James Sullivan.
Empero, la labor para que las mujeres pudieran usar esta prenda no fue sencilla; incluso en la actualidad es una prenda que se asocia mayormente al género masculino.
Tal es el caso, por ejemplo, de usar pantalones holgados para crear un boyfriend look, o el modelo de jeans que las mismas tiendas venden como “el pantalón de tu novio” (boyfriend jeans en inglés) que presenta un tipo de vaqueros que no son ajustados ni siguen la silueta tradicional de los confeccionados para ellas.

Jeans, bajo censura
Los pantalones de mezclilla, vaqueros, o jeans, —denominación que se prefiera en este momento— continuaron portándose de manera cada vez más regular. Por un lado, cumplían la mejor función para desempeñar actividades laborales; por otro, fueron la prenda que la juventud usó como “bandera” para oponerse a la autoridad.
En la década de los cincuenta, otro subgrupo se apoderó de los jeans: los rockeros. Estilizados con picos o rotos, también tuvieron lugar en la pantalla grande dentro de filmes como Salvaje de László Bendek.
Por ello la prenda fue relacionada con una supuesta “rebeldía excesiva” y para 1950, los jeans se prohibieron en algunas escuelas, mayormente en el sur de Estados Unidos, de acuerdo con Levi’s, ya que se pensó que este retrato de los “delincuentes juveniles” portando vaqueros haría que los estudiantes se rebelaran en contra de las instituciones.
Su concepción actual
Los pantalones de denim continuaron saltando de un guardarropas a otro; estuvieron presentes en el movimiento hippie, vistieron a las pandillas en los noventa y desfilaron en todas las pasarelas de los dosmiles —incluso fueron portados de pies a cabeza por Britney Spears y Justin Timberlake—.

La accesibilidad, comodidad y versatilidad de la prenda han hecho que los vaqueros continúen presentes a lo largo de la historia del mundo en general, y de Estados Unidos en particular.
Sin embargo, estos pantalones han acompañado a su vez el cambio sociohistórico estadunidense, y el 2025 no es la excepción.
La similitud sonora entre las palabras en inglés ‘jeans’ y ‘genes’ (referente a la genética), debido a que poseen la misma pronunciación, desató un debate sobre una presunta alusión a la supremacía blanca, por parte de la compañía American Eagle y Sweeney, y aunque el eslogan de la campaña sea "Siempre fue y ha sido sobre jeans", vale la pena remarcar que incluso una prenda de vestir puede estar acompañada de mucha historia y política.
MD