Con honores los Bomberos de Altamira, otros cuerpos de rescate, sus amigos y familiares, despidieron a su compañero Luis Amadeo Torres Robles, que murió en un terrible accidente carretero.
"Fueron 17 años de prestación de servicios, se dicen sencillos, pero se requieren de una gran vocación y espíritu de ayuda" dijeron los elementos cuando llegó el féretro que llevaba el cuerpo de Luis, a un costado se colocó el casco de su informe y el escudo de la corporación.
Las sirenas de las de las unidades sonaron fuertes, tristes, parecía que lloraban. En el lugar estaban titulares y elementos de Protección Civil Regional, Municipal, Bomberos Altamira, Tampico, Nuevo León, Bomberos Voluntarios y otras corporaciones que convivieron con Luis, todos sabían el gran dolor que estaban enfrentando los ahí presentes.

Uno a uno sus compañeros se fueron despidiendo, su comandante José Torres se veía desencajado, lo conocía desde hacía muchos años.
Su familia y sus amigos escuchaban las anécdotas donde Luis había ayudado a otras personas, en algún incendio o accidente automovilístico.
El cortejo fúnebre partió de la corporación con las unidades de rescate sonando sus sirenas, así tomaron la carretera Tampico-Mante, con rumbo al panteón ubicado en el Ejido Benito Juárez, algunos traileros y automovilistas que entendieron lo que estaba pasando hacían sonar sus claxons en señal de respeto para la familia.
El accidente, donde Luis perdió la vida se registró sobre la Carretera Federal 83 Victoria-Zaragoza, a la altura del kilómetro 36, donde se volcó, de forma aparente intentó esquivar otra unidad que iba rebasando, lo que es una muy mala costumbre en esa arteria, pese a que es muy angosta.
aypc