En Tamaulipas el estrés hídrico tiende a empeorar, por lo que es necesario aterrizar recursos para acelerar proyectos que se tienen en la agenda y deben empujarse dentro del presupuesto del próximo año, consideran especialistas.
Tamaulipas con estrés hídrico alto
Y es que de acuerdo con la plataforma Aqueduct del World Resources Institute (WRI), la entidad presenta un estrés hídrico alto que podría pasar a extremadamente alto, cuando se vuelva a presentar un desequilibrio entre los recursos disponibles y la demanda de agua.
El uso de reservas de agua renovables en Tamaulipas
La entidad utiliza entre el 40 y el 80% de sus reservas de agua renovables, un rango que se clasifica como estrés hídrico alto. Matamoros y Nuevo Laredo presentan una condición extremadamente alta, con indicadores por encima del 80%. En tanto, Reynosa y Río Bravo registran niveles altos, lo mismo que Ciudad Victoria, la capital del estado, y la región cañera de El Mante.
En Tampico, Madero y Altamira, el estrés hídrico se clasifica como medio a alto, con un uso de entre el 20% y el 40% de sus recursos hídricos disponibles. El indicador se calcula a partir de la relación entre la demanda total de agua (doméstica, industrial, agrícola y ganadera) y las reservas de agua renovables disponibles en cada región.
“Estamos dependiendo de la naturaleza, de que llueva, pero la naturaleza es incierta, y la información disponible deja ver que el estrés hídrico puede aumentar. El cambio climático puede provocar otra crisis hídrica, es necesario actuar”, advirtió Gerardo Sánchez Torres Esqueda, presidente de Ingenieros sin Fronteras México.
Proyectos hídricos pendientes
El experto menciona que en la elaboración del presupuesto de egresos en la Cámara de Diputados, el cual se aprobará en el próximo periodo ordinario de sesiones que arranca en septiembre, es necesario que se consideren los proyectos hídricos pendientes de financiamiento, como el dique Moralillo.
Destacó que incluso, a nivel nacional, se tienen grandes retos para satisfacer las demandas de agua que van a ser enormes y se requiere mucho dinero para invertir en infraestructura hidráulica.
“Los estados que enfrentan un mayor riesgo de escasez de agua y de estrés hídrico, si no pueden llevar a cabo las inversiones necesarias para resolver estos problemas, van a experimentar un menor crecimiento económico, lo que a su vez tendrá un impacto en el bienestar de su población”.
Agregó que esta situación puede llevar a esas entidades a un mayor nivel de endeudamiento, pero también los haría más resilientes, podrían contar con mejor infraestructura hidráulica para suministrar agua a la población, a la industria, agricultura y sector pecuario.
AA