Todos hemos ido a un concierto y quedado impactados con el concepto del artista: la canción, las luces, el escenario y el cuerpo de danza que da vida a todo lo que está sobre la tarima.
Pero detrás de estos bailarines hay un increíble trabajo de preparación del que desconocemos mucho. Por eso hablamos con Karina Celis, quien ha sido parte de importantes shows en distintas partes del mundo, con artistas nacionales e internacionales.

Un amor por la conexión con su cuerpo
Con gran emoción y mientras se preparaba para iniciar un show en Estados Unidos, la bailarina nos contestó con una sonrisa y nos explicó cómo nació su amor por el baile.
“Vamos a partir desde mi raíz, que es la conexión con la danza. Yo comencé a tener mis primeros encuentros con mi cuerpo en la adolescencia. En esa época uno no sabe bien qué le gusta y qué no, y en la danza pude encontrar lo corpóreo. Sabemos que tenemos un cuerpo, pero a la hora de moverlo es diferente”.
Asegura que encontró una conexión e intimidad con su cuerpo que no conocía antes:
“Se volvió algo súper íntimo, el saber que podía encontrar nuevas herramientas más allá de caminar o correr. A mis 33 años pude identificar qué podía conectar, pero en ese tiempo no lo pensaba así; era un modo de distraerme. Internamente, la decisión de ser bailarina llegó cuando abrí mi escuela de baile”.
Agrega: “La verdad es que creo que en este punto de mi carrera, cuando comencé a tener más exposición, fue cuando la vida me dijo que lo necesitaba. Ya había tenido la fortuna de bailar en escenarios, pero hablamos de nivel internacional, y eso fue casi a mis 30 años”.
La exposición y la fama
La bailarina también comparte cómo todo llega cuando estás listo, pues asegura que los elogios pueden hacerte perder el piso con facilidad.
“En verdad lo he sabido llevar con un bonito equilibrio porque tengo muy claros mis valores. Cuando compartes con otras personas y recibes comentarios de admiración, se sienten bien, pero ahí tus valores deben salir para mantenerte firme”.
Continúa: “Al final del día, aunque yo esté bailando con Beyoncé o con cualquier artista, nada va a cambiar mi perspectiva. He llegado a donde estoy no por cambiar mi personalidad”.
El trabajo detrás de los cuerpos de danza
Hablando sobre la preparación de un cuerpo de danza para un show, Karina comparte su pasión con notable emoción.
“En casi todas las producciones de nivel internacional, todo viene de una idea de preproducción. Todo está pre-diseñado dependiendo de la vibra del artista y del mensaje del show. He tenido la oportunidad de trabajar con Sebastián Yatra, que es mucho más pop y comercial; con Jowell y Randy, que es 100 % fiesta; y con Anuel, que tiene una esencia de bandolero”.
Asegura: “Nosotras somos un complemento de toda la maqueta. Nos dan un concepto y, bajo eso, se empiezan a trabajar las coreografías, los vestuarios, la lista de canciones y qué temas se pueden bailar”.
También recalca todo el trabajo físico que esto implica, incluyendo dieta y ejercicio:
“Hay mucho trabajo previo, y nosotros somos un complemento de todo lo que se ve en el resultado final. En tour tienes que cuidar tu físico; es súper importante para los vestuarios, mantener la línea para cumplir con la exigencia del trabajo. Además, somos atletas de alto rendimiento: tenemos que calentar y estirar antes y después de un show”.
Pero también requiere de gran disciplina: “No es lo mismo prepararte para un solo show que para un tour de dos meses, por ejemplo. Es viajar de noche para despertar y hacer otro show; eso necesita mucha disciplina y darle atención a tu cuerpo”.
Feliz de poder dedicarse a lo que le apasiona, Karina manda un mensaje para quienes se ven reflejados en ella, para los bailarines que comienzan o quieren comenzar:
“Los sueños están para cumplirse. Cuando uno sueña, la idea ya está ahí. Yo no sabía cómo iba a pasar ni cómo se abriría el camino, pero lo que me ha mantenido es confiar en mí misma”.