Raquel Bigorra, reconocida conductora y modelo de origen cubano, es recordada por la polémica que protagonizó con Daniel Bisogno, quien la acusó de “venderlo” y entregar información personal a una revista.
Ahora, en una entrevista con Yordi Rosado, Bigorra retomó el tema y aseguró que dichas acusaciones fueron, en realidad, una cortina de humo del conductor para evitar afrontar su sexualidad.

Raquel Bigorra revive la polémica con Bisogno
La conductora relató que se enteró del escándalo casi por casualidad, cuando acudió a un programa en Televisa y se encontró con “Pepillo” Origel.
“Cuando pasa todo el escándalo, yo fui a un programa tuyo, en Televisa, y va saliendo del foro Pepillo Origel. Habían grabado ahí el último programa de ese show. Yo iba a entrar y Pepillo, espantado, me dice: ‘¿Qué, me vienes a reclamar?’ y yo: ‘¿De qué?’”.
Según Bigorra, después se enteró de que en un programa de espectáculos se señaló que ella había traicionado y vendido a su “compadre” Bisogno.
“Antes de salir del programa contigo, la gente me lo cuenta. Le hablo a Daniel, no me contesta, y le mando un mensaje”, recordó.
Una cortina de humo
La conductora afirmó que se sintió desconcertada y lastimada cuando Bisogno la acusó públicamente.
“Sale esta portada, entre otras, y un día de mi cumpleaños… yo me imaginé que lo que venía era fuerte, pero no lo calculé. Pensé que sí me quería mucho. Finalmente, sale en su programa y me quedé fría (…) fue un viernes. No podía entender lo que estaba pasando. Me rompí, me puse a llorar”.
Bigorra dijo que hubo personas que la defendieron e incluso se disculparon después por lo que dijeron en el momento.
“Un amigo en común me dijo: ‘Raquel, cuando se termine esta cortina de humo hablamos’. No sabes cómo agradecí esa llamada, porque me cayeron muchos veintes. Ni yo lo vendí ni vendí a nadie más. Armaron muchos programas de mesa redonda, me hablaban periodistas todo el tiempo”.
También reveló que alguien le comentó que “la única forma de silenciar una bomba es con otra bomba”.
“No estoy dispuesta a soltar nada. Sí, habíamos vivido muchas cosas, había mucha confianza, pero no importa lo herido que estés. Mucha gente me llamaba y me decía: ‘Raquel, di…’. Si me tengo que quedar con el golpe dado, me quedo”.
Finalmente, afirmó: “En todo ese tiempo nunca vi que aceptara su preferencia, nunca dijo que sí. Armaron un rollo durante una semana. Al final del día, no es que lo aceptara, porque qué más da, pero me acusaron de muchas cosas, no solo de eso”.