Uno de los cineastas europeos más prolíficos, el alemán Marcel Ophuls, ganador de un Premio Oscar en 1989, falleció a los 97 años.
Fue responsable de un documental emblemático, The Sorrow and the Pity (La tristeza y la piedad) de 1969, pues con él 'destrozó' el mito reconfortante de que la mayoría de Francia había resistido a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Nacido en Alemania, falleció el sábado en su casa en el suroeste de Francia por causas naturales, según informó su nieto Andreas-Benjamin Seyfert a The Hollywood Reporter.

¿Quién era Marcel Ophuls?
Nacido en Fráncfort el 1 de noviembre de 1927, Marcel Ophuls era hijo del legendario cineasta germano-judío Max Ophuls, director de La Ronde, Carta de una desconocida y Lola Montès.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933, la familia huyó de Alemania hacia Francia. En 1940, cuando las tropas nazis se acercaban a París, huyeron nuevamente, cruzando los Pirineos hacia España y luego a Estados Unidos.
French documentarian Marcel Ophuls (1927-2025) by Rick McGinnis, 1995. pic.twitter.com/ynQYYdwR58
— MUBI US (@mubiusa) May 26, 2025
Aunque Ophuls ganaría más tarde un Oscar en 1989 por Hôtel Terminus, su impactante retrato del criminal de guerra nazi Klaus Barbie, fue La tristeza y la piedad la que marcó un punto de inflexión, no sólo en su carrera, sino en cómo Francia enfrentó su pasado.
¿De qué trata La tristeza y la piedad?
Considerado como demasiado provocador y divisivo, el documental fue prohibido en la televisión francesa durante más de una década. Los ejecutivos de la televisión francesa dijeron que “destruyó los mitos que los franceses aún necesitan”. No se emitiría a nivel nacional hasta 1981. Simone Veil, sobreviviente del Holocausto y conciencia moral de la Francia de posguerra, se negó a apoyarlo.
Pero para una generación más joven en un país que aún se recuperaba física y psicológicamente de las secuelas de las atrocidades, la película fue una revelación: un ajuste de cuentas histórico implacable que desafió tanto la memoria nacional como la identidad nacional.
El mito que desmanteló había sido cuidadosamente construido por Charles de Gaulle, el general de guerra que lideró las fuerzas de la Francia Libre desde el exilio y más tarde se convirtió en presidente. Tras la liberación de Francia en 1944, de Gaulle promovió una versión de los eventos en la que los franceses habían resistido la ocupación nazi como un solo pueblo, unidos en dignidad y desafío. La colaboración se retrató como obra de unos pocos traidores. La República Francesa, insistió, nunca había dejado de existir.
La tristeza y la piedad, que fue nominada al Oscar de 1972 a la categoría de mejor documental, contó una historia diferente: filmada en un blanco y negro austero y extendiéndose por más de cuatro horas y media, el documental enfocó su lente en Clermont-Ferrand, una ciudad provincial en el corazón de Francia. A través de largas entrevistas sin adornos con agricultores, tenderos, maestros, colaboradores, miembros de la Resistencia Francesa, incluso el ex comandante nazi de la ciudad, Ophuls desnudó las ambigüedades morales de la vida bajo la ocupación.
La película reveló cómo la policía francesa había ayudado en la deportación de judíos. Cómo los vecinos permanecieron en silencio. Cómo los maestros afirmaban no recordar a colegas desaparecidos. Cómo muchos simplemente se las arreglaron. La resistencia, parecía decir La tristeza y la piedad, era la excepción, no la regla.
hc