Entre la penumbra del cuadrilátero, un lagunero emergía con una sonrisa siniestra pintada en el alma. No era una mueca de burla, sino el reflejo de una mente afilada, lista para el combate.
Su nombre es Víctor Salas Ávalos, pero el mundo del boxeo lo conoció como "El Guasón". Hoy, a sus 35 años, ya no lanza golpes en el ring, sino que forja cuerpos y mentes desde la trinchera del fitness y la nutrición, llevando consigo la misma pasión con la que alguna vez desafió a sus oponentes.
El camino del guerrero comenzó en su infancia, cuando su padre, maratonista de corazón, le mostró el poder del esfuerzo y la resistencia. Pero la vida en el barrio le presentó otra batalla: la inseguridad de un niño que encontraba en su peso un obstáculo y en el bullying una sombra que lo perseguía. Con sólo 13 años, el boxeo se convirtió en su salvación. Cada golpe lanzado era un grito de liberación, cada entrenamiento un paso hacia la confianza que tanto anhelaba.
Víctor admiro al Guasón desde su infancia
Pero si el boxeo fue su escuela de resistencia, la estrategia fue su mayor aliada. Desde niño, Víctor admiró al Guasón, el infame enemigo de Batman. No por su villanía, sino por su astucia.
"No todos nacemos con suerte, fuerza o tamaño. Nos toca ganar las batallas con la cabeza", dice Salas, quien hizo del pensamiento rápido su mejor arma en el ring.
Y como si el personaje le otorgara un sello de identidad, lo llevó en su piel. Veinte tatuajes adornan su cuerpo, como cicatrices de batallas ganadas y recordatorios de su filosófica locura.
Tiene 33 victorias en su trayectoria boxística
Sus cifras en el boxeo hablan de un guerrero tenaz: 33 victorias en 40 peleas como amateur, 15 victorias en 17 combates profesionales. Pero su espíritu inquieto no se detuvo ahí. Ocho maratones en su historial demuestran que su resistencia va más allá del cuadrilátero. El entrenamiento, sin embargo, no es un camino fácil. "Lo más difícil es encontrar el tiempo. Hay que sacrificar placeres inmediatos, reuniones, cumpleaños... pero vale la pena", confiesa el exboxeador convertido en maestro de la salud.
Su nueva pelea es la nutrición
Hoy, su pelea es otra. Como Licenciado en Nutrición y entrenador fitness, comparte con otros lo que el deporte le dio. Ha estudiado desde administración hasta psicología nutricional, armando un arsenal de conocimientos para ayudar a quienes buscan transformar sus vidas. Desde la teoría de los libros hasta la práctica en el gimnasio, Víctor es guía y mentor de aquellos que, como él, han decidido cambiar su historia.
"Estoy enamorado de lo que hago", dice con la pasión de un hombre que encontró su vocación en el sudor y la disciplina. No importa si es en el ring, en la pista o en el gimnasio: Víctor Salas, "El Guasón", sigue peleando.
Ya no busca vencer a un rival, sino ayudar a otros a ganar su propia batalla contra los límites. Y en cada paso, en cada enseñanza, sigue dejando su marca, como un tatuaje imborrable en la historia de quienes lo siguen.
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