Cultura

Rodrigo Moya más allá de sus fotos; Laura González-Flores honra la "inteligencia creativa proteica" de su amigo

Entrevista

La investigadora de la UNAM, amiga y curadora de la obra del artista, quien falleció este 30 de julio a los 91 años, cuenta que dejó un importante archivo de imágenes y textos inéditos.

Y un día de 1999, Rodrigo Moya (Colombia, 1934) se dio cuenta de que era un gran fotógrafo.

Ese año sufrió una grave enfermedad, tras la cual se mudó a Cuernavaca. En esos años vio una imagen del fotógrafo mexicano Agustín Jiménez (1901-1974) y de alguna manera, se dio cuenta de los tesoros que capturó con su inseparable cámara fotográfica.

¿Cómo se conocieron Rodrigo Moya y Laura González-Flores?

​“Ve la foto en blanco y negro en la revista Luna Córnea de una rueda de la fortuna y es casi idéntica a una foto que él había tomado y dice: ‘Yo hice una igual’ y entonces es cuando comienza a depurar su archivo y a elegir las fotos que le gustaban”, dice a MILENIO Laura González-Flores, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Rodrigo Moya, fotógrafo y reportero de origen colombiano nacionalizado mexicano, falleció a los 91 años de edad el miércoles por la tarde.

La entrevistada lamenta la muerte de su amigo, con quien trabajó en su archivo de imágenes para el libro Rodrigo Moya. México en la curaduría, concepto y coordinación editorial junto a su equipo por lo que lo conoció muy bien.

“Trabajé en la Universidad de Cuernavaca y lo conocí ese año cuando él estaba empezando a sacar sus negativos. Rodrigo iba a todas las conferencias de foto, exposiciones y comenzó a darle forma a su archivo. Era un hombre extraordinario y muy vital hasta el fin de su vida”, agrega.

Rodrigo Moya estaba enfermo desde hace un tiempo, estaba casi ciego y sordo, y sufrió un par de caídas, lo que aceleró su deterioro.

Rodrigo Moya
Con uno de sus retratos más emblemáticos | Oswaldo Ramírez

¿Qué hizo además de fotos?

Para la investigadora, Rodrigo Moya no solo era fotógrafo pues él también escribía los artículos en los que se publicaban esas series.

Él hacía la investigación, el texto, las fotos, tenía varios seudónimos con los que publicaba. Es un hombre que tiene una obra también escrita, ganó premios nacionales de cuento. Tenía una inteligencia creativa proteica que toma muchas formas y, bueno, realmente me cuesta trabajo hablar de él en pasado”.

Rodrigo Moya. México fue un proyecto que rindió homenaje al fotógrafo; fue creado por el Museo Amparo en Puebla y posteriormente adaptado por el Museo de Palacio de Bellas Artes y el Centro de la Imagen para una exhibición en Ciudad de México en 2019.

Rodrigo Moya documentó parte de la historia de México, fue testigo de los movimientos sociales de los años 60, que luchaban por mejores condiciones en el país y, al mismo tiempo, trabajó como retratista de las personalidades más importantes de la época en el ámbito de la cultura, como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dolores del Río y Manuel Álvarez Bravo, así como capturó escenas del teatro, la danza, el canto y la gráfica del momento”, se lee en el libro que documentó esa muestra.
“Me estoy mudando y justo me encontré con todo lo que hicimos de trabajo para la exposición. Es un gran amigo a quien admiro mucho. Su vida tuvo mucho movimiento. Dejó la ingeniería y se dedicó a la fotografía gracias a un amigo suyo, pero en realidad, su trabajo fotográfico lo hizo en muy poquititos años; digamos que se logró colocar con una obra hecha entre los años 50 y 60 entre los grandes fotógrafos mexicanos”.

¿Por qué se retiró y luego volvió a la fotografía?

En 1968, Rodrigo Moya dejó la fotografía para hacer una revista de pesca y tiempo después sufrió un accidente, en el que estuvo a punto de morir.

“Y como que resucitó. Era como un gato de muchas vidas y esas vidas fueron tomando distintos matices en distintas décadas, haciendo actividades muy distintas, pero muy centradas en la creación, en la creatividad. No era un Rodrigo Moya, era muchos Rodrigos”, cuenta la investigadora.
Retrato que le hizo a María Félix en 1955 | Rodrigo Moya
Retrato que le hizo a María Félix en 1955 | Rodrigo Moya

Tiempo después, redescubrió su archivo, y fue cuando esas fotografías que habían estado producidas para revistas semanales adquirieron otro matiz y su trabajo una dimensión poderosa.

“Porque ya no era nada más la cuestión fotodocumental o noticiosa del momento, sino una imagen estética trabajada y editada con conciencia, elegancia y un conocimiento increíble. Creo que la obra de Rodrigo es esa obra, la obra de un análisis posterior, ya en una madurez de un hombre de 60 años que revisa su vida en las fotos que él hizo cuando tenía 30 años”, comenta la especialista.

De hecho, a diferencia de otros fotógrafos, Rodrigo Moya tiró la mitad de su archivo fotográfico.

“Se queda con lo bueno y con lo que le interesa y lo desarrolla al infinito y en muchos sentidos: la impresión fina, en sacarle toda la información a los negativos, editarlos, hacer series y, bueno, básicamente lo que hace un artista, darle una forma a las imágenes. Una forma y un sentido, y lo hizo extraordinariamente bien”, comenta.

Los grandes personajes que retrató Rodrigo Moya

La vida de Rodrigo Moya no fue fácil; tuvo tres hijos y, desgraciadamente, murieron dos; solo le queda Pablo Moya, quien es editor y diseñador.

Afortunadamente, Rodrigo Moya recibió en vida el reconocimiento que se merecía con las exposiciones antes mencionadas y en 2014, dentro de la edición 42 del Festival Internacional Cervantino, se realizó una importante retrospectiva de su obra.

“Mucho homenaje en México, Estados Unidos y en Europa. Era una persona con una dimensión creativa fuerte que, además, trabajó con grandes personajes como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dolores del Río, Manuel Álvarez Bravo y, claro, con Gabriel García Márquez y aquella famosa foto del puñetazo que le dio Mario Vargas Llosa”, recuerda.

Una de las fotos de 'Gabo' golpeado que tomó Rodrigo Moya  |Fundación Gabriel García Márquez
Una de las fotos de 'Gabo' golpeado que tomó Rodrigo Moya |Fundación Gabriel García Márquez

Su archivo y la obra poética sin publicar

Para Laura González-Flores, el archivo de Rodrigo Moya está organizado y listo para pasar a una institución que lo proteja y difunda.

“Es un archivo organizado, cuidado, editado, conservado, estudiado, reproducido; es un archivo que, a diferencia del de Héctor García o de otros fotógrafos que conservaron todo lo que hicieron, Rodrigo tiró lo que no le gustaba. Lo que yo hice para el libro Rodrigo Moya. México fue a ver las fotos publicadas en los años finales de los cincuenta y principios de los sesenta para ver la dimensión de lo que hizo, pero muchos de los negativos ya no existen. Están en las revistas, pero Rodrigo no los conservó. Lo que quedó, él lo editó a los sesenta años, ya con una madurez; ahí es donde ves que hay un filtro superexigente, muy intencionado, subjetivo y como muy orientado a producir una obra y entonces, esa depuración, en el caso de Rodrigo, fue rigurosa y exigente; era durísimo con él mismo”.

El fotógrafo dejó obra poética que no se ha publicado y que podría salir a la luz pronto.

“Pienso que hay muchos proyectos de la obra de Rodrigo, pero no te puedo decir nada, porque, conociéndolo tanto, a él lo que le gustaba era el presente, no le gustaba pensar cómo, ni en el futuro, ni en el pasado, sino en lo que podía ser en ese momento y por eso era tan duro sentirse desvalido, con esta fragilidad que te da la edad; era una persona con una energía y una vitalidad increíble”, finaliza Laura González-Flores.

hc

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Vicente Gutiérrez
  • Vicente Gutiérrez
  • [email protected]
  • Periodista desde hace 25 años y especialista en temas culturales, la industria del entretenimiento y cinematográfica. Por su experiencia y conocimiento, también ha participado en temas de política y de negocios. Es reportero de cultura en Notivox y locutor en “La Taquilla”, programa de Radio Fórmula 104.1 FM.
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