Cultura

La resurrección de Plotino Rhodakanaty

Adelanto

Ofrecemos un adelanto de ‘Plotino C. Rhodakanaty. Ciencia, belleza y virtud’, que rescata la figura del socialista griego que fundó el primer partido obrero en México.

La vida de Plotino Constantino Rhodakanaty es un enigma. Los historiadores griegos no conocen más que su actividad en México. Y nosotros sabemos muy poco de él antes de 1870. Un tenaz historiador mormón esclareció la causa y la fecha del fallecimiento del médico heleno, disipando la bruma que había sobre sus últimos años. No obstante, los escasos datos biográficos de Rhodakanaty, procedentes de José C. Valadés, son inciertos, pero los únicos disponibles casi siempre. Otros autores ni siquiera lo consideran parte del utopismo mexicano. Hasta hace poco ausente de las historias de la filosofía, no obstante tratarse de uno de los introductores de la filosofía alemana en nuestro país, además de crítico tenaz del positivismo. Tampoco hay consenso en cuanto a la caracterización ideológica de Rhodakanaty: “socialista antiautoritario”; “socialista cristiano”; “socialista libertario”, “anarquista”, “revolucionario”, “prudhonista-bakuninista” que “anticipa el trabajo posterior de Kropotkin”; “idealista progresista”, “realista utópico”, émulo de los “misioneros franciscanos”; “anarquista”. Como personaje, Rhodakanaty saltó a la literatura de una manera lamentable, en una novela llena de lugares comunes, pobre y mal documentada.

Probablemente Rhodakanaty naciera en Atenas el 14 de octubre de 1828. Su padre, médico y escritor, acaso combatiera contra los turcos falleciendo antes de la Conferencia de Londres de 1830. Y su madre habría llevado al niño a Austria para vivir con los abuelos donde estudiaría medicina en la Universidad de Viena. Entonces, la capital austriaca constituía un baluarte de la cultura europea con una de las tradiciones socialistas más robustas del continente. Tal vez a principios de 1848 Rhodakanaty partiera a la convulsa Budapest, que experimentaba la revolución democrática de Lajos Kossuth. El joven griego habría reanudado en Berlín la carrera de medicina, ciudad donde quizá cambiara de residencia su familia aquel año, permaneciendo en la capital prusiana tal vez hasta 1857. Acaso ese año el médico heleno fijara su residencia París, donde habría profundizado sus estudios de filosofía y aprendió varios idiomas. De acuerdo con su propio recuerdo, fue en la Ciudad Luz donde el médico griego se incorporó a las filas socialistas. Quizá también en la capital gala, el homeópata heleno se enteró del decreto del 1 de febrero de 1856 que favorecía el establecimiento de colonias agrarias en territorio mexicano. El documento ampliaba los derechos de los residentes extranjeros y ensanchaba también las causales con base en las cuales se les otorgaba la naturalización. Esta oportunidad era digna de consideración.

El socialista griego desembarcó en el puerto de Veracruz a finales de febrero de 1861, trasladándose inmediatamente a la Ciudad de México. Desconocido, seguramente con escasos recursos monetarios, pero pertrechado con sus conocimientos médicos y filosóficos, así como el manejo de las lenguas clásicas (griego y latín) e idiomas modernos (español, alemán, francés, inglés, italiano), Rhodakanaty comenzó a ganarse la vida y a redondear sus planes de fundar tanto un círculo de estudios como una colonia agrícola. En 1877 el homeópata heleno habitaba en calle de la Amargura número 10 (hoy Honduras); en 1879 moraba y tenía su consultorio y dispensario médico en el Puente de Balvanera bajos del número 1 (Correo Mayor); después quizá en el callejón de López número 9 (López); para 1880 vivía en el callejón de Coajomulco (José María Marroquí), donde además tenía su consultorio; posteriormente ocupó una casa en el callejón de la Santa Veracruz número 10 (1er Callejón de Santa Veracruz). Siempre con múltiples planes, pero invariablemente con mucha estrechez económica.

En 1871 Rhodakanaty fundó la primera organización socialista habida en México. El partido sociocrático consideraba a los hombres (y las mujeres) iguales por naturaleza, razón por la cual poseían los mismos derechos. Si la mayor parte de la humanidad carecía de lo necesario, ello se debía a que “el hombre ha trastornado todo el orden natural, rompiendo la unidad de la familia primitiva, desconociendo la igualdad de su origen genésico”. La misión de la sociedad regeneradora universal consistía en enterar a la “clase proletaria” de sus derechos y obligaciones, constituyéndose en el “órgano oficial del pueblo mexicano”. De acuerdo con ésta, todo proyecto de reforma social habría de incluir la reparación de los derechos y la recuperación de la dignidad de trabajadores, indígenas y mujeres. Los trabajadores deberían de organizarse a escala local, nacional y mundial con miras a incrementar los salarios, financiar las actividades productivas y formar cooperativas con base en la armonía del capital, el trabajo y el talento. La “ley agraria”, al redistribuir la propiedad agraria, daría término al problema indígena. Y la asociación universal se ocuparía de liberar y emancipar a la mujer “de ese estado vergonzoso y abyecto de tutela y aislamiento en que ha permanecido relegada a la economía doméstica y excluida totalmente de todo orden social”.

En la miseria, habitando un cuarto en el callejón de Magueyitos número 5 —hoy Galeana, en la Colonia Guerrero—, Rhodakanaty murió de una fiebre perniciosa (paludismo agudo) la medianoche del domingo 2 de febrero de 1890, sepultándosele al día siguiente, según consta en el acta de defunción. Sin registro visible en una lápida, compartiendo el espacio con los despojos de quienes llegaron después, los restos del socialista heleno descansaron hasta el 11 de enero de 1921 en el Panteón Civil de Dolores, fecha en que expiró la concesión de la tumba, refrendada en dos ocasiones (14 de junio de 1907 y 10 de abril de 1915), pero nunca adquirida a perpetuidad. En 1892, Soledad Girón, su viuda, solicitó la intervención del general Díaz para que el hijo de ambos, Plotino Nefi, ingresara en la Escuela de Artes y Oficios de la Ciudad de México, aduciendo la imposibilidad de procurarle educación al adolescente por estar postrada a consecuencia de la miseria y la enfermedad. Plotino Nefi no se malogró, fue “empleado particular” en la Ciudad de México y, en algún momento, agricultor en el Estado de Hidalgo. De acuerdo con el testimonio de la familia, Plotino Nefi guardaba una bolsa debajo de su cama. Quizá a solicitud propia, cuando murió en 1949, inhumaron la bolsa junto con él en el Panteón Guadalupe Hidalgo. La familia presume que ésta contenía los restos de Plotino Constantino Rhodakanaty, su padre.

‘Plotino C. Rhodakanaty. Ciencia, belleza y virtud’, edición y estudio introductorio de Carlos Illades (Grano de Sal/UAM/INHERM, 2025).

AQ

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Carlos Illades
  • Carlos Illades
  • Es profesor distinguido de la UAM y miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia. Autor de El marxismo en México (Taurus, 2018), En los márgenes (2019) y Vuelta a la izquierda (Océano, 2020).n
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/cultura/laberinto
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