Ciudad de México /
Una piedra
que dibuja el límite y su extensión
Una mano que acaricia su canto
presintiendo en el rozar insistente
la íntima claridad que hay en su penumbra
Una piedra
simple
recogida al azar
con la que se remueven las ascuas
para que el trazo baile
al par del arder de los leños
cuando la brisa
cuando el silencio.
AQ