En la contraportada de Misterio y fe (Debate, 2025), una conversación de Jon Fosse, Premio Nobel de Literatura 2023, con el teólogo Eskil Skjeldal, se dice que es “un recorrido por el camino espiritual que ha marcado la vida y obra” del autor de Mañana y tarde, Trilogía y Septología, entre otros libros —de poesía y prosa— que lo han llevado a los lectores de todo el mundo, dando “voz a lo indecible”.
El diálogo comenzó por correo electrónico y versaba —dice Skjeldal— sobre poesía, gnosticismo, teología católica, depresión y pesimismo: “Sobre la vida que nunca sale como uno la espera”. En 2014 el teólogo fue invitado por un semanario católico noruego para entrevistar a Fosse, de esta manera —explica—, durante tres encuentros: “Fosse habló de Dios y trazó líneas de conexión entre la poética, la fe y la filosofía, siempre con cierto pesimismo e ironía sobre sí mismo”.
El resultado de esos encuentros es Misterio y fe, un libro de 166 páginas. En una de sus respuestas a Skjeldal, quien le pregunta por su gusto por las citas, Fosse afirma: “Una buena cita, una cita con peso, puede decir muchas cosas, y puede poner en marcha muchos pensamientos. Una cita puede albergar toda una filosofía, o toda una estética”.

Atendiendo esta idea, las siguientes citas iluminan el camino que ha seguido el autor de Melancolía, como artista y hombre de fe.
“Jesús era un rebelde. Era implacable con lo empalagoso y lo aparente, no eligió a sus apóstoles entre la gente considerada entonces virtuosa, sino más bien entre los pecadores y los cobradores de impuestos, y siempre marcó distancias con la fe oficial reinante en su tiempo, mediante la expresión ‘habéis oído que… pero yo os digo…”.
“La literatura poderosa revela algo que no se puede decir, o mostrar, de otra manera que justamente como se escribe en ese momento y en ese lugar. Dice, o muestra, lo indecible”.
“El sueño es escribir una prosa que, por decirlo así, hable con el sonido del silencio”.
“La vida, la existencia, es estar enfrentado en cada instante al final, al cierre, a la muerte; de hecho, en cualquier momento, uno mismo puede poner el punto final. Vivir es tener libertad para la muerte, esa es la gran potencia del ser humano, y su mayor impotencia”.
“La palabra poesía es una manera de denominar la calidad de la buena literatura, no el nombre de un género literario”.
“Escribir buena narrativa es escribir relatos sin narrador. El narrador es aquel que habla, no aquel que escucha. Y escribir es escuchar”.
“…yo no escribo ni lírica ni teatro ni narrativa. Yo escribo poesía, soy poeta, o trato de serlo”.
“…el arte poderoso, más que cualquier otra cosa, defiende la dignidad humana, la ensalza”.

“…cuando el ser humano asume su propia libertad y asume que cada uno tiene ‘su tiempo’, es cuando puede abrirse a Dios”.
“Lo que es la vida humana no se ve hasta que se ve desde el límite que constituye la muerte”.
“El lenguaje, Dice Heidegger, es el lugar donde aparece el ser y, en cierto sentido, es el lugar donde aparece Dios”.
“Lo sagrado solo se muestra si está escondido. El viento de lo sagrado solo puede notarse, no decirse”.
“No cabe duda de que tanto la escritura como la embriaguez te alejan de ti mismo, hay similitudes”.
“Tanto la escritura como la embriaguez recuerdan a la fe, porque también la fe me aleja de mí mismo y me lleva a mi interior, al lugar donde realmente soy yo mismo y no hay angustia”.
“Para mí, escribir es escuchar. Escribir es una escucha a lo grande”.
“Muchos jóvenes que quieren escribir me han preguntado qué hacer para hacerse escritores, o para escribir bien. Yo le digo que se agarren a lo suyo, que se agarren a lo suyo opinen lo que opinen los demás. Y, al hacerlo, te acercas a eso otro que hay en ti, a lo espiritual, a tu poema interior, por decirlo así. Y si no tienes un poema propio, pues no lo tienes. Es así de sencillo, y así de crudo”.
“La grandeza, aquello que me hace católico, está en el misterio que hay en la fe”.
AQ