Javier Camarena, el tenor mexicano que ha conquistado los grandes teatros del mundo con su voz inconfundible y su pasión por la ópera, regresa a sus raíces para vivir uno de los momentos más emocionantes de su carrera: presentarse en el Teatro Juárez durante el Festival Internacional Cervantino.
Desde su ciudad natal, Xalapa, hasta su segunda casa en Guanajuato, su ciudad por adopción, Camarena abre las puertas de su vida artística y personal, revelando las historias detrás de sus triunfos, los sacrificios que ha tenido que enfrentar y el amor profundo que mantiene por su familia, la música y su público.

En esta entrevista exclusiva, habla de cómo se prepara para entregar una noche inolvidable, la forma en que ha sobrellevado los desafíos y qué significa para él volver a cantar en México, en una celebración que promete ser tan vibrante y apasionada como su propia voz.
“Estoy muy feliz, muy, muy feliz de poder volver al Festival Internacional Cervantino y cantar en el Teatro Juárez, hace mucho que no ando por ahí, un lugar emblemático donde hago lo que más amo en la vida: la ópera. Después de un tiempo sin estar por allá, todo se siente como una gran fiesta. Mi agenda ha estado muy apretada, pero afortunadamente, el retraso de los ensayos de la ópera Lucia di Lammermoor que interpretaré en Barcelona me permitió esta maravillosa oportunidad.
Parece que todo se alineó para participar en este concierto tan especial con la Orquesta Sinfónica de Xalapa el martes 21 de octubre con un repertorio de los que habitualmente presenta en cualquier escenario del mundo.
¿Hay alguna pieza en el repertorio para el Cervantino que tenga un significado especial para ti?
Este concierto es muy de mi presente operístico, el concierto abrirá con el aria de Romeo y Julieta, de Charles Gounod, que hoy por hoy es mi ópera favorita, la que he tenido la oportunidad de representar en diferentes ocasiones en ese tiempo desde que la debuté hace dos años y es de mis roles preferidos. Está también La favorita, Gaetano Donizetti: además de Edgardo, de Lucia di Lammermoor. Estas óperas marcan mucho mi presente, también Ramiro, de La Cenerentola, de Gioacchino Rossini.
Esta última ya lleva su rato acompañándome, ha significado también un gran éxito para mi carrera y sigo feliz de poderla cantar todavía. Considero que es una de las arias más emocionantes para el público porque Rossini siempre tiene esa característica de reunir muchos fuegos artificiales, la coloratura y toda esa parte tan emocionante de la escritura de este compositor. Yo creo que será de los momentos más destacados y alegres en el Cervantino con este repertorio.
¿Qué experiencias de tu carrera te han enseñado algo fundamental sobre la vida y la música?
Tuve una experiencia que marcó profundamente mi camino artístico y me enseñó una lección fundamental. Fue durante una producción nueva de Los puritanos en el Teatro Liceu, de Barcelona, un momento que recuerdo con mucho cariño y también con gran enseñanza. Una semana antes del estreno tenía una infección en las vías respiratorias, la garganta inflamada, y un persistente catarro que me afectaba la voz.
“Afortunadamente conté con el apoyo constante y la supervisión minuciosa del doctor Pedro Clarós, mi médico en Barcelona, quien me hizo un diagnóstico y estuvo pendiente de mis cuerdas vocales antes, durante y después de la función, asegurándose de que la inflamación no fuera peligrosa y que pudiera seguir adelante. Esa primera función, a pesar de las circunstancias, fue espectacular y cada una de las siguientes superó a la anterior.
“Recuerdo con especial emoción la última función era tal la euforia del público que fue impresionante. En el momento del dúo final con Pretty Yende, hicimos un bis que fue recibido con aplausos ensordecedores, lluvia de papelitos de colores y gritos de ‘¡Bravo, Javier!’ en un ambiente de fiesta.
“De los grandes triunfos como cantante en mi carrera, creo que ese ha sido de los más significativos por lo que logré hacer con ese papel ya teniéndolo como un rol muy mío. De ese papel estoy sumamente orgulloso, de lo que pude hacer como artista.
“Lo que hace esta experiencia aún más significativa es que, la noche anterior a esa función memorable, me robaron en mi departamento, se metieron, llevándose muchas cosas valiosas, sobre todo en el ámbito sentimental. A pesar de este golpe personal, pude sobreponerme, ponerme de pie y entregar una actuación que quedó grabada como uno de mis grandes triunfos como cantante.
“Esa experiencia me reafirmó una verdad profunda: cuando amas lo que haces y crees firmemente en ti mismo, las dificultades no son más que obstáculos pasajeros. Seguir adelante, confiar en los expertos que te acompañan y mantener la pasión intacta, incluso en medio de la adversidad, es lo que realmente define a un artista y a una persona.
“La última función fue de las más memorables para mí, y para el público biceísta. Ese momento en Barcelona, con el teatro lleno, se convirtió no sólo en un logro profesional, sino en una clase de vida, la fe en uno mismo y el amor por la música son fuerzas invencibles”.
¿Cuál ha sido el sacrificio más grande que has hecho para llegar al lugar en el que estás?
Definitivamente la vida personal y familiar. Abrir los ojos cada mañana a lado de mis hijos y darme cuenta del tiempo que paso muchas veces lejos de ellos. Ahora mi hijo Braulio tiene 15 años, está más alto que yo, juega basquetbol. Hace tres años que llegamos a Málaga todavía lo sentaba en mis piernas. Y mi hija Diana ya tiene 21 años. A veces siento cierto remordimiento de haber decidido dedicarme a esta profesión. Sin embargo, he contado siempre con el apoyo y comprensión de mi familia, especialmente de mi esposa Marisol, que ha sido fundamental para mantenerme fuerte y motivado.
¿Te sientes vulnerable o cansado en algún momento? ¿Qué te ayuda a reconectarte con la pasión?
Pocos días me siento así, pero cuando sucede, la naturaleza, el mar y el tiempo en casa con mi familia son fundamentales para recargar energías y seguir adelante con la música y la vida.
¿Alguna vez tu trabajo te ha movido profundamente?
He tenido muchos. Recuerdo a un señor chileno que a sus 80 años de edad viajó hasta Madrid para verme cantar en vivo, en la ópera de Los puritanos, porque era uno de los deseos en su lista de cosas para hacer antes de morir. Su emoción lo llevó al llanto y ese encuentro con él me conmovió profundamente. Me regaló unas mancuernillas con unos centavitos mexicanos de oro, las cuales no volví a ver luego de que se metieron a robar al departamento en el que vivía en Barcelona.
“También me llegan momentos emotivos cuando jóvenes cantantes me reconocen como inspiración, y me dicen que crecieron escuchándome, lo cual me llena de orgullo”.
Qué más harás en Guanajuato, que es como tu segunda casa.
Viajaré con mi esposa Marisol y mi madre, doña Yolanda, además de familiares y amigos, recordando lugares donde solíamos pasar el tiempo. Me encanta caminar por sus calles llenas de historia, pasar por el lugar donde inicié mi vida matrimonial, disfrutar de esos momentos que viví como “estudihambre”, como digo yo, mientras estudiaba en la Escuela de Música de la Universidad de Guanajuato.
Debo decir que disfruto mucho, porque me encanta, me encanta, si se puede hacer el comercial, comer en Casa Mercedes, un restaurante que siempre recomiendo porque es muy, pero muy rico. Me mediré en la comida porque antes de llegar a Guanajuato visitaré Xalapa y comeré muchos de antojitos veracruzanos.
Además del concierto en el Cervantino, ¿qué próximos proyectos tienes?
El 15 de octubre estaré en México en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM en un concierto el que estaré acompañado al piano por Ángel Rodríguez. Será a beneficio de niños con cáncer de la Fundación Antes de Partir, que apoyé la última vez que tuve la oportunidad de hacer el concierto de Cri-Cri.
“Fuimos al centro para ofrecer un concierto para los niños que estaban internados ahí en situación vulnerable. Ahora haremos un concierto más grande para apoyarlos pues tienen la intención de abrir otra Casa Colibrí en Xalapa.
“Posteriormente estaré en Barcelona para interpretar El elixir de amor en el Teatro Liceu, producción con la que debuté hace 13 años en España. Estoy muy contento de regresar y hacerlo con esta ópera que me abrió las puertas de España.
“Además ofreceré un concierto navideño el 18 de diciembre para la Fundación Clarós, que hace misiones a regiones marginadas de África y Sudáfrica para realizar cirugías de labio leporino a niños
“Y cerraré la temporada 2025-2026, después de mi cumpleaños número 50, el 26 de marzo. Haré Romeo y Julieta en el Teatro Real de Madrid y cierro temporada en Francia con La Traviata en el Théâtre antique d'Orange, Francia.