Después de ocho meses del desplome de un elevador en un gimnasio ubicado en Tlaxcoapan que cambió la vida de su familia, Martha Hernández solicitó acelerar la reparación del daño para su esposo y dos hijos, ya que los dos probables responsables del accidente firmaron convenios con las víctimas, pero hasta el momento han incumplido.
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¿Qué lesiones sufrió la familia tras el desplome del elevador?
Derivado del accidente ocurrido en enero, el esposo de Martha Hernández, quien es maestro de educación física, sufrió fractura en dos piernas. Era entrenador de fútbol, pero perdió el trabajo en la primaria donde laboraba, por lo que actualmente busca incorporarse al ámbito laboral con la limitante de que debe usar bastón.
Además, los dos hijos de Martha Hernández también resultaron lesionados. El de 17 años de edad con fractura de peroné, quien hace poco se incorporó a quinto semestre de prepa, y el de 11 años, con fractura de tibia, actualmente hace planes para regresar a la educación primaria.
A los tres aún les faltan cirugías por lo que no han sido dados de alta; sin embargo, la familia de Martha Hernández está muy desgastada económicamente, advirtió.
Uno de sus hijos requerirá otra cirugía entre diciembre y enero, mientras que el más joven obtuvo alta parcial en trauma y será revisado en octubre, luego que por el tipo de cirugía las fracturas fueron con clavos expuestos, que ya le retiraron.
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Por tanto, la mujer solicita que los dos probables responsables del accidente cumplan con la indemnización y reparación del daño, al tiempo que aclaró que no puede aportar mayores datos sobre los imputados debido al proceso legal en la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJEH), a la cual solicitó apoyo para acelerar el proceso.
“El que tiene mayor problema es mi esposo pues fueron dos cirugías en ambas piernas en el Hospital Regional. Ha tenido complicaciones pues la herida no ha podido cerrar. Se le vencieron los tornillos por dentro”, narró Martha Hernández, durante entrevista con MILENIO.
Explicó que ha recibido apoyo de familiares y amigos, pero después de ocho meses, ya es complicado. “Mi esposo ha tratado de entrenar pero su condición física no se lo permite al cien por ciento”.
“Mi familia ya no tiene una vida normal”, lamenta Martha Hernández
Martha Hernández, quien ha tenido que trabajar tiempo extra para cubrir gastos, consideró que su familia ya no puede tener una vida normal.
“De entrada ya no vivimos en nuestro domicilio. Nuestra casa está en Tlaxcoapan. Mis hijos tuvieron que suspender sus estudios. Estamos viviendo con mis papás, en una casa prestada de un solo piso, toda vez que no pueden subir escaleras”.
Su esposo y dos hijos retoman su vida como era previo al accidente, pero las secuelas serán complicadas, reconoció Martha Hernández, quien agregó que además del aspecto físico también deberán trabajar el emocional a través de terapias psicológicas.
¿Por qué no se ha cumplido con la reparación del daño?
A la lucha por obtener atención médica, se sumaron después los trámites para hacer justicia derivado del desplome del elevador. “En cuestión de salud ha sido complicado, pues entre rehabilitaciones y hospitales, había descuidado la situación legal”, agregó.
Martha Hernández, junto con otra mamá de dos menores de edad que también resultaron lesionados por el desplome del elevador, acudieron a justicia restaurativa para alcanzar un convenio con los probables responsables; sin embargo, cuenta que el proceso es muy desgastante.
Al contemplar gastos médicos, así como el alta, elaboraron convenios de pago para los dos hijos de Martha Hernández, mientras que el de su esposo quedó pendiente, pero incumplieron.
“Nos dicen que como no les han hecho la imputación directa no hay forma de que los obliguen, por lo que pedían una prórroga más sin especificar fecha”. Ante ello, Martha Hernández decidió continuar el juicio.
Le sugirieron contratar a un abogado, pero no es viable debido a los gastos que debe solventar actualmente. “Sigo endeudada, solicitando préstamos y haciendo tandas”.
El accidente afectó a los dos hijos de Martha Hernández, así como a otros dos adolescentes, quienes no tienen representación legal de la procuraduría del menor, dijo.
Una clase de baile; así fue el desplome del elevador en Tlaxcoapan
Martha Hernández, junto con su esposo y dos hijos se inscribieron en una clase de baile que se promocionó vía Facebook.
“Acudimos antes del accidente. Los cuatro tomamos la primera clase. En el gimnasio, en el tercer piso”, dijo.
A la segunda clase no pudo llegar, por lo que solicitó a su esposo y dos hijos adelantarse. Cinco minutos después se desplomó el elevador.
