Hace 16 años comenzó a celebrarse la bendición de las mochilas, el fin de semana previo al inicio de clases, una práctica que logró extenderse a otros templos que conforman la Diócesis de Tampico.
Gustavo Solís Guillú, sacerdote de la iglesia San Pedro y San Pablo, aseguró que, mientras realizaba estudios en Roma, Italia, se percató de que allá hacían la bendición de las mochilas en las cuales los niños guardaban sus libros y cuadernos.

“Cuando llegué en 2009 a la parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes, inicié con esta bendición de los estudiantes y les dije: ‘Tráiganse sus mochilas’. Por eso, desde entonces, es la bendición de los estudiantes y también de los maestros”, indicó el padre.
Ernesto Tovar Trejo, responsable de la parroquia Sagrada Familia, que se encuentra en la colonia Magdaleno Aguilar, al término de la misa de este domingo, llamó a los niños con sus mochilas, pero también a los maestros, para darles la bendición.

Bromeó con los niños antes de echar agua bendita y les dice que si se empiezan a retorcer, es porque se portaron mal en vacaciones. Los niños solo se ríen y levantan sus mochilas para que les caigan algunas gotas.
Hasta un monaguillo cargó su mochila listo para la bendición. En los templos de la zona sur de la entidad se ha popularizado la bendición de las mochilas, a tal grado que la Diócesis de Tampico ha distribuido los templos en los cuales se lleva a cabo dicha actividad.

SJHN