Cuando Jorge Herralde se acomoda en la silla para la entrevista en el Gran Hotel Ancira, se disculpa por la carraspera de su voz.
“Esta manía que tienen del aire acondicionado”, alcanza a decir al tiempo que cumple cuatro días en Monterrey el invitado por la Feria Universitaria del Libro UANLeer, que reconoce los 50 años de Anagrama, el sello que fundó en Barcelona en 1969.
Don Jorge Herralde señala que desde su primera visita a México (1973) ha podido recorrer toda clase de ferias de libros, en donde ha hecho grandes amigos entre escritores y editores, aunque en ocasiones tarde casi 30 años en lograr editar a alguien como Carlos Monsiváis.
“Carlos (Monsiváis) fue un maestro del disfraz”, menciona entre risas.
El editor catalán ofreció una entrevista a Notivox Monterrey, en donde habla de su relación con Sergio Pitol, la censura vivida bajo el régimen franquista en España y de los retos del mercado editorial en la presente época.
¿Cuál es el sentir por los reconocimientos que ha recibido, tanto en Monterrey como Ciudad de México, por los 50 años de Anagrama?
Me es muy gratificante, evidentemente, y lo valoro mucho que sea en México, porque como saben desde 1973 realicé mi primer viaje a este país, y como dirían los italianos fue amore a prima vista, y desde entonces he venido casi cada año, teniendo grandes amigos autores, el primero de ellos Sergio Pitol, a quien conocí en
Barcelona en 1970 y nos hicimos, instantáneamente amigos, lo cual duró hasta sus últimos años de vida.
Sergio fue una persona muy generosa que alentó y aconsejó a jóvenes escritores, cosa no tan usual con la amplitud que lo hizo.
Pero también hubo escritores mexicanos que le causaron un cierto problema como Carlos Monsiváis, si lo vemos de un punto de vista positivo.
Esto fue a manera de chiste, pero sí Carlos Monsiváis debe ser la persona de la historia del mundo que más papeles ha escrito, pero que era más bien reacio a soltarlos en forma de libro.
Aún sin conocerlo, fue por Sergio Pitol que me escribió y me dijo: “Hay un buen amigo mío que quiere presentarse al Premio Anagrama de Ensayo, te hablo de los 70”, luego lo conocí en México (Monsiváis) y se hizo indispensable verlo. En un par de ocasiones estuvimos a punto de publicarlo, pero nunca se concretó (...) hasta que tuvimos un happy end con su publicación en Anagrama.
Anagrama ha podido sortear distintos momentos de la historia...
¡En 50 años claro que te encuentras con problemas variopintos!
Sobre todo una persecución del Estado bajo el régimen de Francisco Franco
En la primera década, creo que Anagrama fue la editorial más represaliada: nueve secuestros, al principio muchos libros “desaconsejados”, cuando se presentaban a la llamada consulta voluntaria dejé de hacerlo porque se cargaban contra ellos (...) logramos publicar libros impensables, yo miro el catálogo de Anagrama en tiempos del franquismo y es impensable que se pudieran colar libros que les irritaban demasiado y creo que era la conducta de la editorial, que secuestraban los libros pero con criterios bastante incomprensibles.
En medio de estas censuras, ¿cuál es la más peligrosa: la del Estado o que parece vemos hoy con el mercado?
La censura del mercado, debido a muy variopintas causas. Este proceso que inició en los 80, de concentración cada vez más acelerado en lengua española, donde hay dos grandes grupos a los cuales llamo El Duopolio, que son Planeta y Penguin Random. Pero también está el tema de la tecnología, que han provocado por su parte positiva al abaratamiento en la publicación de libros a que cuando yo empecé; sin embargo, por el contrario, tenemos Amazon y la venta online que presenta enormes dificultades para las librerías y para los grandes grupos libreros.
Hace unos meses inició una campaña de fomento a la lectura en México, disminuyendo el precio de los libros, en su opinión ¿esta dinámica funciona?
Yo diría que no tanto, porque para esto unas campañas en ese sentido podrían de gran ayuda. El libro de bolsillo, que tenemos la colección de Compactos, ha tenido gran aceptación porque al final van a parar las joyas de la corona, los mejores libros de la editorial tanto en España como en América Latina.
Parece que todo conspira contra el libro físico, ¿vale la pena seguir con la lucha por el libro?
La edición propiamente dicha, la edición a la cultura es un asunto vocacional, uno sigue con esta lucha porque es lo que te hace feliz.
Lo que más me hace feliz es poder seguir disfrutando de todo el proceso de la edición: la lectura, descubrir autores, alentarnos, pero me interesa mucho la parte artesanal del libro.
Fue reconocido por la UANLeer
Una mesa entre amigos fue la que tuvo el pasado miércoles el editor catalán Jorge Herralde, quien celebra 50 años en el oficio. A sus costados estuvieron Juan Villoro, el poeta Luis García Montero y Álvaro Enrigue, quienes compartieron sus experiencias junto al editor. En su participación Herralde recordó como desde 1969 ha visitado México, recorriendo a casi todas las ferias del libro en el país.