Más del 28% de la población en México considera que convivir con personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) siempre es un riesgo, según la más reciente Encuesta Nacional sobre Discriminación elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Aunque han pasado casi 40 años desde que nuestro país fue sorprendido por la epidemia derivada de este virus, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), aún existe una barrera importante para entender este problema: el lenguaje. Por eso, en MILENIO te decimos cuáles son los términos adecuados para hablar de este tema.
Las palabras que sí se deben usar y las que no
Organizaciones como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) han elaborado múltiples documentos para orientar a la población con el fin de que la información difundida sea respetuosa y precisa.
Una de las principales observaciones consiste en eliminar de los discursos palabras como "infectado", "víctima" o "portador" para referirse a las personas que han contraído el VIH, o bien, que han desarrollado el SIDA. Esto, debido a que son ofensivas y reproducen estigmas que fomentan la discriminación. Los términos adecuados serían "persona que vive con VIH", "persona VIH-positiva", o bien "persona con SIDA" (sólo si es el caso).

Conviene recordar que el SIDA es la fase más avanzada de la infección por VIH, por lo que no necesariamente todas las personas VIH-positivas presentan las enfermedades que constituyen el síndrome.
En el mismo sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda evitar verbos como "padecer" o "sufrir", ya que esta no suele ser la experiencia de las personas que viven con el virus.
Otra precisión que ONUSIDA considera pertinente es dejar de lado el término "lucha" o cualquier otra referencia al ámbito militar (como "combate" o "batalla"), ya que esto podría generar la idea errónea de que las personas que viven con VIH deben ser "eliminadas". La sugerencia es cambiar estas palabras por "esfuerzos", "respuesta", "gestión", "medidas contra" o "acciones".
Asimismo, los organismos internacionales aconsejan evitar el uso de la palabra "paciente" fuera del contexto clínico, ya que implica un estado de enfermedad que puede llegar a ser desmoralizador.

Mitos sobre el VIH
Desde la década de 1980, cuando se tuvo conocimiento por primera vez del VIH, surgieron múltiples creencias alimentadas, principalmente, por el miedo y los prejuicios.
En aquel entonces era común escuchar el mito de que existía un grupo de personas que deliberadamente buscaban infectar a otros en cines o discotecas. Otra creencia desacertada era que el VIH podía transmitirse al saludar de mano o que todas las personas con el virus eran homosexuales.
A finales de marzo de 2025, las redes sociales evidenciaron que pese a las investigaciones en esta materia, la desinformación sigue siendo una barrera para atender y comprender el VIH.

En plataformas digitales, principalmente Facebook, circuló la supuesta historia de un niño que había contraído el agente infeccioso. Según la publicación sin sustento científico, el virus se transmitió al organismo del menor luego de haber comido trozos de piña que supuestamente habían entrado en contacto con la sangre de un vendedor con VIH.
Instituciones a lo largo del mundo, como el Ministerio de Sanidad de España, señalan que el VIH fuera del organismo es sumamente frágil, "pierde enseguida su capacidad infectante y es incapaz de reproducirse". Por lo tanto, no se han confirmado casos de transmisión de este virus a través de un contacto casual con un medio supuestamente contaminado.
Carlos Covarrubias, asesor en salud sexual e integrante de la organización Inspira Cambio A.C., comentó en entrevista con MILENIO que la difusión de términos imprecisos y la reproducción de discursos estigmatizantes implican varios riesgos, siendo uno de los principales el potencial incremento en los crímenes de odio contra las personas con VIH.
BM.