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En Salinas del Marqués, Oaxaca, las mujeres combinan las labores domésticas con los arduos trabajos para obtener sal; se trata de un ritual de producción totalmente artesanal, a pala, donde las habitantes se emplean durante la temporada para recolectar este condimento por evaporación, un proceso ciento por ciento natural.


En los mantos salineros del Istmo de Tehuantepec, un recolector llega a cosechar entre 8 y 10 toneladas de sal a la semana; luego se traslada a estados como Chiapas o Puebla para continuar con la cadena productiva y de consumo.
