Sociedad

La prioridad para la gente en la actualidad es comprar alimentos

Las cosas no están nada sencillas, especialmente desde la aparición de la pandemia por coronavirus, pues tuvieron que cerrar durante poco más de un mes.

Para algunos comerciantes establecidos en Pachuca, la situación actual no es nada sencilla y trae consigo una serie de retos y riesgos bastante difíciles de enfrentar, como ellos mismos reconocen. 

Hace algunas semanas, Héctor Aguilar Camín, columnista de MILENIO, publicó un artículo al que tituló “La cuesta de los cuatro años”, en el que hace alusión al ejercicio comparativo hecho por Carlos López Jones, director de Consultoría y del sitio web tendencias.com.mx, sobre el costo en dólares y en pesos de la canasta básica del año 2018 y la de 2023.

El resumen de tal entrega se encuentra en una frase: “En el año 2018, la canasta básica costaba 245 pesos, con el dólar en 19.55. Su costo era de 12 dólares. La misma canasta básica en 2023, cuesta 475 pesos y, con el dólar en 18.75 pesos, tiene un valor de 25 dólares”.

Está muerto

El empleado responsable de una tienda naturista, quien prefirió no proporcionar su nombre, dijo que las cosas no están nada sencillas, especialmente desde la aparición de la pandemia por coronavirus, pues tuvieron que cerrar durante poco más de un mes. Antes de la emergencia sanitaria, dice, atendían a unas 20 personas por día y la mayoría compraba cosas de mayoreo, “teníamos más entrada de dinero pero ahora apenas entran unas cinco o seis personas por día a comprar una pomada o algo y gasta solo 15 o 20 pesos”.

Aunque se muestra reacio a compartir cifras y números a propósito de las ventas en el lugar, sin pensarlo afirma que el negocio está muerto: “por eso el patrón se lo llevó para el norte del país, tiene varias tiendas y, no más pa’que vea, de Querétaro para allá sí se vende; aquí en Pachuca la gente no está comprando”.

Él solo se dedica a atender el negocio, por eso desconoce cuánto se paga de renta en el local ubicado a unos cuantos metros de Plaza Independencia o incluso si el propietario ha pensado en cerrar o cambiarlo porque es un hecho que las ventas están por los suelos porque la gente está más preocupada por comprar comida y ropa.

Pero algo sí afirma: “nuestro dinero ha perdido valor, el problema son las ventas y el alto costo de los productos. Pero, a ver, por qué votan por ese señor, pero de todos modos no hay de dónde, todos son lo mismo; si no votas te roban el voto”.

Crisis 

En la carpintería no hay mucha actividad alrededor de la 1 de la tarde. Don José está sentado esperando que llegue clientela y mientras eso sucede, accede a platicar sobre las condiciones actuales del negocio y su futuro inmediato. 

Coincide en que el valor del dinero no es el mismo y ha bajado, al igual que el trabajo desde la llegada de la pandemia: “apenas vamos sobresaliendo, con lo poco que cae de trabajo es como vamos sobreviviendo, pero no es fácil porque ha disminuido y aparte los materiales se han encarecido”. A su juicio, el costo de los materiales que usa para desarrollar las actividades propias en la carpintería ha aumentado en alrededor de 70 por ciento.

La mayoría de la clientela contrata sus servicios para hacer puertas o cocinas integrales, cuenta, y los costos varían dependiendo de la medida y el diseño, aunque un costo aproximado sería de unos 14 mil pesos ahora. Hace cuatro años ese mismo artículo no sobrepasaba los 7 mil pesos.

Ellos trabajan desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la noche todos los días, aun cuando las ventas estén muy bajas o haya poca clientela. Tienen que estar ahí porque no se pueden dar el lujo de rechazar a nadie, más si se cae en la cuenta que el local en el que están es rentado y deben pagar 8 mil pesos mensuales por ello: “a veces no sale y tenemos que ver cómo le hacemos, está demasiado difícil, hasta hemos pensado en cambiarnos porque como es el centro pues sí las rentas son más caras, entonces no sé cómo estén las rentas en las orillas”.

Es cierto, tiene ya su clientela, pero cómo dice, nada es seguro: “es que desafortunadamente, como aquí se trabaja con calidad, tenemos bastante clientes y si hacemos una puerta el cliente no regresa por otra sino hasta que pasa mucho tiempo”. 

Y sí, las cosas no son sencillas, ahora después de gastos como luz, agua, renta y demás, les quedan “libres” entre 5 y 6 mil pesos mensuales y solo trabajan dos personas porque, por lo mismo que se encareció todo y la pandemia y demás, tuvieron que prescindir de los servicios de los dos ayudantes que trabajaban ahí. Antes, hace unos cuatro años, recuerda Don José, nos llegaban a quedar libres hasta 20 mil pesos sin problema.

“Por la pandemia hubo mucho desempleo y hoy la gente prefiere garantizar los alimentos que mandar a hacer una puerta… nuestro dinero vale mucho menos hoy, todo está carísimo… ya no alcanza para nada”.
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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