Ante el hecho de que el 70 por ciento de los ataques cardíacos no ocurre en centros hospitalarios sino en espacios abiertos, donde un desfibrilador puede representar la vida o la muerte.
El Senado aprobó por unanimidad el dictamen para prevenir la muerte súbita cardiovascular y garantizar a la ciudadanía espacios públicos y privados cardio protegidos.
Esto a través del equipamiento y colocación de desfibriladores automáticos externos en lugares estratégicos de alta concentración poblacional.
El dato
Un desfibrilador es un dispositivo médico que identifica el ritmo cardíaco y puede estimularlo si es necesario, pero además realiza una descarga eléctrica y revierte una arritmia maligna en caso de ser necesario.
Así lo señaló, el senador tamaulipeco, promotor del dictamen, Américo Villarreal Anaya, presidente de la Comisión de Salud en el Senado, dijo que es una reforma a la Ley General de Salud, para que la Federación regule la colocación de desfibriladores en espacios públicos y privados.
El también cardiólogo planteó ante el pleno del Senado el gran problema de salud pública que representan para México las enfermedades del corazón.
Esto al estar consideradas entre las principales causas de muerte y que tan sólo en el 2018 provocó 146 mil 923 decesos, por lo que llamó a tomar medidas para prevenirlas y atenderlas.
En este sentido, sostuvo que es urgente contar con medidas que salvaguarden la vida y la salud de la población.
Para ello, es necesario que, en cada uno de los edificios de atención pública y también dentro de las instituciones privadas cuenten con el equipo de desfibrilación automática externa y el fomento de programas educativos para su uso.
La legislación secundaria en materia de salud tiene la obligación de implementar regulaciones que establezcan políticas públicas que deriven programas y acciones estratégicas que atiendan las urgencias médicas, y por ende la prevención, atención y disminución de las muertes ocasionadas por los paros súbitos cardiacos.
EAS