Entre 58 y 62 por ciento de quienes sufrieron un infarto al miocardio presentan síntomas de depresión, dijo el médico Benjamín Becerra Rodríguez, director del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara.
“No tienen motivación, no disfrutan, no cuidan su alimentación, no hacen ejercicio y se refugian en el trabajo, sin una actividad que favorezca la circulación del corazón y con la depresión se precipita más un infarto”, explicó.
En el contexto del Día Mundial del Corazón conmemorado ayer, el experto mencionó que después del infarto los pacientes con depresión aumentan a 80 por ciento debido a que la enfermedad es para ellos sinónimo de muerte.
Por otro lado, suele ser que las personas con un corazón rehabilitado no hagan actividad física por miedo a otro infarto, lo que complica su estado anímico y el funcionamiento de su sistema respiratorio, recalcó.
Becerra Rodríguez dijo que comúnmente quienes tienen personalidad muy rígida y estricta presentan tanto depresión como problemas del corazón, consideró que por esta razón no solo es necesario prevenir factores como el sobrepeso o la obesidad, sino también mejorar la salud mental de las personas.
Con síntomas de depresión, hasta 62% de infartados
Comúnmente quienes tienen personalidad muy rígida y estricta presentan tanto depresión como problemas del corazón.
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