Desde el 14 de abril nada se supo de Ángel, un joven de 16 años que fue reportado por su madre como desaparecido tras ser visto por última vez en la colonia Portal de Lincon en el municipio de García, Nuevo León. Cuando todo parecía un eco de angustia sin respuesta, el pasado 4 de julio la Fiscalía estatal lo señaló como responsable del incendio en un lote de autos en Monterrey, donde murieron cuatro personas bajo las llamas.

Como Ángel, 32 mil 852 niños y adolescentes fueron presentados ante los Ministerios Públicos por estar vinculados con actos criminales en 2023, la cifra más alta desde 2018 y un incremento de 45 por ciento respecto a 2021, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El aumento de menores imputados en México responde a un cúmulo de factores que se remontan a 2006, cuando la guerra contra el narcotráfico emprendida por el expresidente Felipe Calderón alteró la narcocultura del país. Además, se vio agravada por el abandono de políticas públicas orientadas a ofrecer un mejor futuro a las nuevas generaciones, así como por el elevado índice de soledad entre los jóvenes mexicanos.
“Estos niños, estos adolescentes, son los hijos de la guerra y han aprendido que todo se resuelve con violencia. Los productos culturales que les proveen como series, corridos bélicos y otras expresiones le van reforzando que el código de solución de conflictos es la violencia. Pero también nos habla de falta de habilidades sociales y no autorregularse en los cotextos escolares y familares, por eso es evidente que hay un abandono y ausencia de referentes adultos”, explicó el coordinador de la organiación Tejiendo Redes por la Infancia, Juan Martín Pérez.
El reclutamiento de menores de edad por parte de grupos criminales y el mayor uso de pistolas y rifles en los hogares ha dejado un saldo por lo menos 7 mil 524 menores de edad muertos por arma de fuego desde 2015 en nuestro país de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el Inegi estima que desde 2017 se detuvieron a 17 mil 273 menores de edad por cometer narcomenudeo.

Para el especialista en temas de la infancia, las estadísticas del Inegi representan una oportunidad para que el gobierno visualice una política de gran calado en favor de los jóvenes del país, pero también significa una alarma que suena a tiempo para que la sociedad asuma un rol más activo con las adolescenicas.
“Esto es una alerta, esto es un llamado para que nos pongamos en responsabilidad de Estado y de sociedad que están reflejando lo que no hicimos, que fue prever, y que es importante acompañarles y tener alternativas para su proyecto de futuro”, indicó Pérez.
Las estadísticas ubican los seis estados con mayor incidencia de menores infractores, los cuales concentran el 50 por ciento de los casos reportados en 2023. En conjunto, Nuevo León, Estado de México, Guanajuato, Sonora, Jalisco y Chihuahua acumularon 16 mil 663 de las 32 mil 852 imputaciones registradas.

En Nuevo León, el estado con más imputaciones (4 mil 98) del país, las presentaciones de menores de edad ante los MP se incrementaron 54 por ciento desde 2021, y además de la historia de Ángelse suman ejemplos de jóvenes que han participado en asesinatos, extorsiones, venta de droga y hasta falsificación de billetes.
Apenas el 24 de junio, Rogelio, de 17 años, fue detenido en la calle por orinar en la vía pública. Lo que en un principio sería una simple falta administrativa, se convirtió en un delito del orden federal al encontrarle 24 mil 400 pesos en billetes apócrifos. El menor de edad cargaba 48 billetes de 500 pesos y dos de 200 en las bolsas de su pantalón y tras su detención se negó a revelar la procedencia del dinero.
Así como en Nuevo León, el crimen organizado se ubica como un común denominador en estados con criminalidad adolescente. En el Estado de México, donde sus zonas colindantes con Michoacán y Guerrero padecen una fuerte presencia de grupos como Guerreros Unidos o La Familia Michoacana. En 2023 esta entidad sumó 3 mil 400 menores relacionados con crímenes, lo que representó una subida de 26 por ciento en dos años.
En Guanajuato la guerra por el dominio del huachicol entre el cártel de Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación ha ubicado a esta entidad como la más violenta en los últimos seis años y además se ubica como la tercera con más imputaciones de menores de edad con 3 mil 243 casos que representan una subida de 25 por ciento.

Un caso llamativo por el tipo de crímenes cometidos y por la subida sustancial de imputaciones se observa en Sonora, donde en los últimos meses se ha visto cómo jóvenes realizan desde incendios de autos para grabarlos y convertirse virales en redes sociales, hasta cometer delitos de alto impacto como el caso de cinco menores que portaban armas largas en los límites con Estados Unidos.
Tan solo en este año, la fiscalía estatal reportó la detención de 344 menores de edad por actos violentos. Desde 2024, el delegado de la Fiscalía General de la República en Sonora, Francisco Méndez, quiso trasladar parte de la responsabilidad a los padres de familia: “Aquí podríamos pensar en alguna responsabilidad de ellos. No tienen la vigilancia que corresponde a un padre de familia. Ese es el tema, los niños de 11, 12 años, ¿qué están haciendo conlos grupos criminales?”
Soledad y abandono propician criminalidad en menores
Sin embargo, para Luis Martín Pérez, los indicadores delictivos “son la demostración de qué entidades federativas están trabajando para las niñas, niños y adolescentes y cuáles no. Es evidente que hay más presencia de adolescentes en conflicto con la ley, donde está más fuerte el crimen organizado y la violencia”.
Ambas perspectivas refuerzan la idea de que la soledad en el del seno familiar y la inacción gubernamental en materia de seguridad y políticas públicas están alimentando la criminalidad entre menores de edad, pues en Sonora, la presentación de menores ante los juzgados pasó de 897 casos en 2021 hasta los 2 mil 275 en 2023; es decir, un aumento de 153.6 por ciento en apenas dos años.
La lista de entidades con focos rojos de delincuencia adolescente la cierran Jalisco y Chihuahua, que registran mil 847 y mil 445 casos respectivamente en 2023. Sin embargo, en la primera entidad los casos se elevaron 104 por ciento respecto a 2021, mientras que en la segunda la subida fue de 24.6 por ciento.

Para el coordinador de la organiación Tejiendo Redes por la Infancia, Juan Martín Pérez, “la cultura machista les juega en contra” a los adolescentes varones, los cuales actualmente concentran el 79.8 por ciento de los menores de edad relacionados con actividades ilícitas.
“Si ellos tienen que demostrar que son verdaderos hombres, son suceptibles a ejercer violencia machista contra las mujeres. Si tienen que demostrar que son temerarios y que son atrevidos, van a relacionarse con robos o con cualquier dinámica delictiva y si además son víctimas de contexto de violencia, esos malos ejemplos se van a repdroducir”, explicó.
Sin embargo, las estadísticas del Inegi muestran que los contextos sociales, la masificación de la violencia y la falta de atiención familiar también ha golpeado el actuar de las niñas y adolescentes en mexicanas, pues el número de mujeres menores de 18 años relacionadas con actividades criminales se duplicó en los últimos dos años al pasar de 3 mil 321 casos en 2021 a 6 mil 629 reportes en 2023.
LP