Familias y amigos despiden a la flota camaronera desde las escolleras de playa Miramar de Ciudad Madero luego de más de cinco meses que prevaleció la veda y que tuvieron que subsistir de otros oficios.
Papás, hijos, nietos, salieron a la orilla del río Pánuco para lanzar la bendición y desearon la mejor de las suertes a los pescadores, que llevan toda la actitud para traer abundancia.
Hubo nietos que salieron por primera vez en este viaje en altamar que se puede alargar a más de un mes, tiempo en que muchas veces, permanecen incomunicados de sus familiares en su afán de trabajar duro para llevar los barcos con producto marino.
Llevaron cartulinas, carpas, sillones y todo lo necesario para esperar pacientemente a la salida de los trabajadores de los barcos, desde donde no pudieron contener las lágrimas al ver la salida de sus seres queridos.
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