Desde hace varios años diversos grupos parlamentarios del Edomex han intentado prohibir el uso de bolsas de plástico y otros objetos similares, considerados de un solo uso, sin lograrlo.
Cuando estuvieron más cerca fue en 2019, pero cerca de 200 empresas dedicadas a la fabricación de bolsas advirtieron a la Congreso del Estado de México que esto ponía en riesgo a cerca de 50 mil empleos en la entidad.
En esa ocasión advirtieron que el plástico no puede ser considerado como basura, que hay grandes plantas de plástico que generan mucho empleo con la producción de estos productos para atender las necesidades de todo el país.
Indicaron que existe una economía circular del plástico, por lo cual puede rehusarse varias veces. Pidieron no prohibir su uso, sino fomentar el reciclaje.
Estudiosos del tema y ambientalistas expusieron los riesgos, pero las votaciones se dividieron y en 2020 las y los legisladores hicieron sólo una reforma parcial, sin prohibiciones, sólo intentos por reducir su uso.
Esos ajustes al Código para la Biodiversidad que entró en vigor en agosto del 2020, con la advertencia del PVEM que en estos casos no basta con buena voluntad.
Por ello la ley sólo señala que se deben obligación realizar, en conjunto con las cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad civil y de la sociedad en general, estrategias y políticas públicas encaminadas para que los establecimientos de alimentos y bebidas desincentiven el consumo de popotes, vasos, bolsas, utensilios y contenedores plásticos, en tiendas de autoservicio, farmacias, mercados, restaurantes y similares.
También asentaron en la ley que se deben promover acciones tendientes a la sustitución gradual de estos productos por otros sustentables, elaborados con materiales reutilizables, reciclables, compostables o que sean de pronta degradación.
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