Es un día como cualquier otro. La quietud reina en el Parque Nacional La Malinche. De pronto, el ruido de una motosierra rompe el silencio. Es la amenaza a todo un ecosistema sagrado para los tlaxcaltecas que, a lo lejos, vuelve a hacerse presente.
Esa es la rutina que frecuentemente enfrentan autoridades de los tres niveles de gobierno para procurar el bienestar de la Matlalcuéyetl, el otro nombre con el que se conoce al volcán y que incluso aparece en el himno de Tlaxcala.

La séptima cumbre más alta de México reparte su extensión entre 12 municipios del estado de Tlaxcala, lo que representa 70 por ciento de la misma, mientras que el resto corresponde a Puebla.
Desde San Isidro Buensuceso, en el centro-sur, hasta Huixtla, en la cara sur-oriente, los guardabosques de Tlaxcala se mantienen alerta para impedir que grupos de talamontes, quienes la mayoría de las veces andan armados, sigan saqueando los recursos maderables de la montaña para ofrecerlos al mejor postor.
“La verdad es que hacemos nuestro mayor esfuerzo, pero a veces vienen armados hasta los dientes”, confiesa uno de los guardias forestales a MILENIO, mientras sigue vigilando una de las plumas de acceso al Parque Nacional. El hombre pide la gracia del anonimato por su seguridad y la de sus compañeros, la mayoría con más de 50 años de edad.

No llevan armas porque ese es un trabajo que corresponde a la Policía de Montaña, que pasa en grupos de dos patrullas cada una o dos horas desde Huamantla hasta San Pablo del Monte.
Bajo un tremendo aguacero, el guardia sugiere al equipo de MILENIO quitarse cualquier marca que los pueda identificar como periodistas; no importa que la actividad se reduzca por el mal clima, hay quienes se esconden entre el denso bosque para mantener informados a los talamontes, particularmente entre semana, cuando no hay paseantes ni montañistas que aprovechan los 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar para ejercitarse.

“En esta zona lo más pesado está en San Isidro y en Tetlanohcan”, advierte el guardia, que anota las placas de cada uno de los vehículos que llegan a pasar por la carretera que atraviesa el bosque. A la mayoría de los conductores los reconoce y los saluda, pero sabe que no es suficiente para detener la tala clandestina.
Y es que los taladores usan diferentes brechas de terracería para burlar los operativos de las autoridades. No importa que esté granizando, ese tipo de situaciones las agradecen para trabajar su negocio ilícito, aunque la mayoría prefiere operar de noche para no ser descubiertos.
“Los que ahora hacen esto son los de Puebla. Ellos ya se acabaron el bosque de su lado y ahora vienen acá a talar, esa es la verdad”, acusa, mientras recomienda regresar por la zona de San Miguel Canoa, en el estado de Puebla, ya que hacerlo por Teolocholco sería peligroso, después de dialogar con él por escasos cinco minutos.

Lucha conjunta
Días antes, MILENIO recorrió las laderas de La Malinche, en el municipio de San Francisco Tetlanohcan, donde bastó avanzar un kilómetro de montaña para encontrar algunas huellas de tala ilegal, un delito considerado en el Código Penal Federal con penas de hasta 16 años de cárcel.
De acuerdo con Pedro Aquino Alvarado, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (SMA) del estado de Tlaxcala, este tipo de acciones se combaten entre los tres niveles de gobierno mediante la Mesa Interinstitucional para Prevenir y Erradicar la Tala Ilegal en Tlaxcala, encabezada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

“Cuando escuchamos algún ruido de motosierra, nosotros alertamos de inmediato a la seguridad porque tenemos mucha presencia en territorio. Finalmente, el personal que tenemos contratado es de las mismas comunidades, conocen los caminos, hacen las brechas y se dan cuenta de las actividades, y hemos trabajado mucho de la mano de la Federación. Tenemos mucho interés en Tlaxcala en el cuidado de La Malinche”, comentó.
La montaña está cubierta de grandes especies de pinos, encinos y oyameles, los cuales son víctimas de talamontes que buscan ganancias mediante el uso ilegal de los recursos forestales.
En ese sentido, el funcionario celebró los trabajos de coordinación que han entablado con la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
“Cada vez que pasa un camión por las carreteras y la tecnología nos dice que trae madera, se activa un protocolo. Estamos trabajando; donde es competencia estatal, el Estado se mete. Entramos a madererías, buscamos todos los puntos porque, finalmente, cortando el negocio también se puede identificar o detener a quien sea responsable”, sostuvo.

Aquino resaltó que Tlaxcala está preparando un nuevo programa de manejo para La Malinche, en colaboración con la federación y el gobierno de Puebla, ya que la tala clandestina se mantiene como una de las principales problemáticas a resolver, además del crecimiento de las manchas urbanas.
"Siguiendo la ruta del dinero se puede seguir la ruta de dónde se puede detener ese delito. En el caso de la tala, se extrae el recurso maderable, tiene que llegar en algún momento a un punto donde sea aserrado, donde sea trabajado y después tiene que llegar a un punto donde sea vendido", puntualizó.
Adelantó que Tlaxcala se fijó como meta la siembra de un millón de árboles y plantas para recuperar las 74 mil 710 hectáreas de la entidad con vegetación forestal, que representan casi el 20 por ciento de la entidad, pues más allá de La Malinche, hay otras zonas que también son amenazadas por los talamontes, como Tlaxco, Terrenate y Nanacamilpa.

“La madera, como en todos los bosques, en algún momento ha sido aprovechada. Este, como es un Parque Nacional, lo tiene prohibido; es la categoría más alta de un área natural protegida, y por lo tanto, tiene prohibido derribar un árbol para el aprovechamiento. Hay una parte del Código Penal que permite que se pueda usar leña para uso propio, pero no derribar un árbol”, añadió.
La Malinche, zona crítica por tala: Profepa
“El Área Natural Protegida La Malinche está categorizada como Parque Nacional y es una zona crítica forestal debido al alto índice de tala clandestina”, enuncia la Profepa cada vez que informa sobre resultados operativos para preservar este ecosistema.
La magnitud de este problema orilló a que la madrugada del 11 de abril pasado se montara un macrooperativo, único en su tipo en La Malinche, con 286 elementos federales y estatales.
Aunque no hubo detenidos, las acciones permitieron el aseguramiento de mil 705 metros cúbicos de madera en rollo y motoaserrada de oyamel y pino que serían vendidas en el mercado negro, provenientes de parajes dentro de la ANP en los municipios de Teolocholco y San Francisco Tetlanohcan.

“Para realizar cualquier actividad en La Malinche es necesario contar con la autorización de impacto ambiental, de cambio de uso de suelo y de aprovechamiento de materias primas forestales", advirtió la Profepa.
Pese a ello, más recientemente dicha institución también detectó la operación de cinco hornos para la elaboración de carbón vegetal con materias primas forestales de la montaña, en un paraje conocido como Barranca Los Briones, en Teolocholco.
“Estos hornos contenían el estimado de un volumen de 11.8 m³ de madera en rollo y brazuelo de encino, por lo que se procedió a inhabilitarlos”, informó el 6 de junio.

Van 5 detenidos: Propaet
De acuerdo con el último informe del titular de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Tlaxcala, Iván García Juárez, al menos cinco personas quedaron a disposición de la Fiscalía General de la República en el primer trimestre de 2025 por cometer tala clandestina en los bosques de La Malinche, en territorio tlaxcalteca.
El funcionario estatal señaló que, de enero a marzo, se realizaron seis operativos que llevaron a la retención de 58.259 metros cúbicos de madera extraída sin permiso del Área Natural Protegida.

Las acciones también permitieron el aseguramiento de tres vehículos, una retroexcavadora, un camión de volteo y una motocicleta, además de clausurar un predio e inhabilitar un horno.
AAC