Comunidad

“No guardo rencor; será Dios quien los juzgue”: Sobreviviente de linchamiento en Canoa

Julián González Báez recordó el ataque donde murieron sus amigos inocentes y el hombre que les había dado refugio. Aquí su historia.

“No le guardo rencor a la gente de Canoa, yo sé que estuvo muy mal lo que hicieron, pero ya los perdoné, yo creo en Dios y será quien los juzgue”, son las palabras de Julián González Báez a casi 57 años del linchamiento que vivió en San Miguel Canoa, y que lamenta que pese a lo vivido, y la muerte de sus amigos inocentes, en Puebla se sigan dando estos actos, incluso con mayor violencia.

“Desgraciadamente se siguen dando muchos linchamientos en nuestro estado, y las autoridades no hacen nada y, desafortunadamente, después de que son asesinados se dan cuenta que eran inocentes. Entonces es bien triste, porque esas personas a lo mejor fueron a trabajar o de visita… A mí me gustaba visitar pueblos, pero después de eso ya no lo hice”, confiesa.

Las cicatrices de los golpes que sufrió la noche del 14 de septiembre de 1968 aún son visibles, tanto como los recuerdos de lo vivido en San Miguel Canoa, junta auxiliar de la capital de Puebla, situada en las faldas de La Malinche.

Ahí, bajo una pertinaz lluvia dos de sus amigos y un habitante de la población, quien les dio posada, perdieron la vida luego de que los acusaran de comunistas. Lucas García fue quien les permitió entrar a su hogar cuando vieron que por las condiciones del clima no podrían continuar el ascenso a La Malinche, el cual era el objetivo de su viaje.

Julián González Báez, sobreviviente de linchamiento en San Miguel Canoa
Julián González, sobreviviente de linchamiento en Canoa | Andrés Lobato

La justicia no llegó

Con tristeza, Julián lamenta que sigan dándose estos actos barbáricos y que la justicia no haya llegado para las familias de las víctimas.

En entrevista con Multimedios Puebla, dejó en claro que nunca ha olvidado lo que vivió en Canoa, pero también decidió seguir su vida sin rencores y sin mirar atrás.

“Decidí vivir bien, tranquilo, hacer una vida normal sin estar pensando en ir a agredirlos, desquitarme o maldecir; pues ni modo, pasó eso”.

Los hechos históricos han sido documentados en reportajes, investigaciones, libros e incluso una película premiada en 1976 con un Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival Internacional de Cine de Berlín: Canoa: memoria de un hecho vergonzoso, dirigida por Felipe Cazals; todas las piezas convergen en algo: fue el cura Enrique Meza Pérez, el hombre más poderoso de la comunidad, quien azuzó a los pobladores para cometer la barbarie, aunque no estuvo presente en la escena.

Julián González Báez, sobreviviente de linchamiento en San Miguel Canoa
Fotograma de la película Canoa | Especial

Julián González Báez continúa su relato y hace una pausa para reflexionar sobre los detalles que hubieran cambiado el destino de él y sus amigos esa noche; recuerda que el día que Ramón Calvario Gutiérrez, Miguel Flores Cruz, Jesús Carrillo Sánchez y Roberto Rojano Aguirre, fueron con él a La Malinche, llovía con intensidad y hubo un momento que decidieron dejar todo a la suerte; echaron un volado para saber si decidían seguir o regresarse.

De no haber llovido no hubieran desistido de escalar la montaña, y con ello no tendrían que haber buscado refugio en la citada comunidad; tal vez con ello Lucas García, quien los recibió en su vivienda y también fue asesinado por la turba al tratar de protegerlos, hubiera tenido otro fin.

Julián González Báez, sobreviviente de linchamiento en San Miguel Canoa
Piezas históricas de linchamiento en Canoa | Especial

“Siempre estuvo lloviendo, en todo momento, sino hubiera sido así, hubiéramos subido a la montaña a poner nuestra tienda de campaña”, expone y hace un llamado a la sociedad a no ser indiferente, pues gracias a ello Miguel, Roberto y él pudieron sobrevivir, pues hubo una voz entre los más de 800 pobladores que les pegaron con palos y machetes, que pidió que ya los dejaran.

“Hubo dos voces de personas, la primera de un campesino que dijo ‘ya hay que rematarlos’, y luego otra que gritó ‘ya déjenlos, ya es suficiente’; fue esa voz a la que hicieron caso, por eso pido a la gente intervenir en estos casos porque eso puede salvar una vida”.

Julián González Báez, sobreviviente de linchamiento en San Miguel Canoa
Julián González Baez al salir del hospital | Especial

El recuerdo y el regreso

Con una mirada triste, Julián González recuerda a Jesús, Ramón, Roberto y Miguel, cuyas familias siguen en contacto con él.

“A Jesús tenía un año de conocerlo, trabajaba en el Carolino, era una persona muy apuesta y pulcra. De Miguel, su esposa es nuestra comadrita; de Roberto y Ramón conozco a sus esposas e hijos… Nunca se olvidará lo que viví, cada vez que me acuerdo veo a Jesús y Ramón, que son los que murieron esa noche. Miguel y Roberto sobrevivieron y murieron años después, conozco a sus esposas e hijos, y no me siento bien de que truncaran sus vidas por ese hecho, me siento triste”, expuso al reconocer que los tres sobrevivientes tuvieron tratamientos psiquiátricos para superar el trauma.

El sobreviviente a una de las atrocidades que cimbró a México tuvo la oportunidad de regresar a Canoa en 2019 a invitación de un grupo de estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; ahí, en la plaza pública, le ofrecieron disculpas.

Acompañado de su familia y de la mano de su bisnieto, quien fue vestido de blanco, liberaron una paloma blanca como símbolo de paz.

Liberación de paloma en acto de perdón a Julián por parte de estudiantes BUAP Foto; Especial
Liberación de paloma en acto de perdón a Julián por parte de estudiantes BUAP | Especial

CHM

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