Las procesiones, caminatas, cabalgatas, caravanas automovilísticas, entre otras actividades que tradicionalmente la feligresía realizaba previas a la semana mayor en los santuarios de El Señor de las Misericordias en Caltepec, El Señor del Calvario en Tlacotepec de Benito Juárez y El Señor de Coculco en Ajalpan en esta Cuaresma, quedaron suspendidas. Las imágenes en los templos están solas. El ingreso, que antes era multitudinario, hoy está controlado por los responsables de los recintos para evitar la propagación del coronavirus.
La pandemia cambió de sesgo cada una de las actividades religiosas que, desde finales del año pasado y principios de este, las mayordomías de esos lugares habían comenzado a preparar para este 2020, en el que esperaban recibir a esa feligresía que con devoción acudía a los santuarios a doblar sus rodillas y pedir perdón o agradecer por la salud, la unidad familiar, el trabajo y por todos aquellos beneficios que habían recibido.
En este año, la llegada de grupos numerosos quedaron suprimidos, sólo aquellos feligreses, que sienten el compromiso más fuerte de estar ante la presencia de las imágenes religiosas, son quienes han acudido para agradecer o bien para cumplir alguna manda que tenían pendiente y que buscaron esta ocasión para hacerlo .
Estela Jiménez Hernández, habitante de Caltepec y devota del Señor de Las Misericordias, dice que nunca antes el pueblo se había visto tan triste en una Semana Santa. Cuando tradicionalmente, desde el Viernes Santo y hasta el Lunes de Pascua, miles de feligreses, procedentes de la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos, Oaxaca, incluso del extranjero, llegaban a este lugar para hacer una visita al Señor de las Misericordias.
El Calvario, que guarda la imagen de este Cristo, está prácticamente solo. Pocas son las personas que han llegado al lugar para rendir culto. El temor de contraer el coronavirus ha hecho que la feligresía se repliegue a sus domicilios. No hay cantos, rezos y misas multitudinarias. El templo está solo.
Son pocas las personas que llegan al lugar; donde por la falta de feligreses, la Casa del Peregrino mantendrá cerradas sus puertas, no hay condiciones sanitarias para que permanezca abierta y dé cobijo a quienes desde lejanas distancias llegan a rendir culto al Santo Cristo.
Los comerciantes que cada año se reúnen en este municipio, enclavado en la mixteca poblana, hoy no lo hicieron por las restricciones sanitarias que hay y que impiden las concentraciones.
Las compras de insumos, que regularmente hacían los mayordomos para dar alimento a los cientos de peregrinos foráneos, fueron suspendidas. No habrá necesidad de preparar grandes cantidades de comida para ofrecer a los visitantes porque estos no estarán presentes.
La ausencia de feligreses no solamente se siente en Caltepec, Tlacotepec de Benito Juárez, otro de los recintos que cada año recibe a miles de peregrinos, también mantiene los protocolos sanitarios para controlar su acceso al Calvario, donde hay una comisión responsable que cuidar el ingreso de las personas; debe ser en cantidades reducidas.
De esta manera es como los feligreses llegan a los santuarios de la región, en medio de una contingencia sanitaria que les limita estar en convivencia como en años anteriores se daba. Hoy las plegarias son personales, en voz baja, porque sienten esa cercanía con su Cristo.
mpl