En Ocotlán, Jalisco, se encuentra una prisión abandonada que habría sido utilizada como un campo de entrenamiento para la delincuencia organizada, pues en el lugar se encontraron impactos de balazos de alto calibre y pintas de un cartel y a uno de sus integrantes.
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Se trata de un elefante blanco en donde se pretendía poner en funciones el Centro Integral de Justicia Regional (CEINJURE) que habría tenido por objetivo desahogar el problema de sobrepoblación carcelaria registrado en 2006.
Quienes viven en los alrededores afirman que además esta obra negra que cuenta con la estructura de las torres de vigilancia en un predio de 7 hectáreas se ha prestado para el vandalismo.
"No se ha visto nada de obra, y ya tiene mucho tiempo abandonada, de 10 a 15 años y pues ahorita se utiliza creo que para el vandalismo, es lo que se escucha, no me consta, pero es lo que se escucha", detalló Carlos, vecino de la zona y comerciante
La obra se detuvo en su segunda etapa durante el sexenio del ex gobernador Emilio González Márquez, pese a que se destinarían 97 millones de pesos solo se aplicaron alrededor de 30 millones de pesos, que corresponde al 30 por ciento del avance, en este elefante blanco es visible que personas aún lo visitan, ya que en su interior se aprecian rastros como botellas de agua, desechos de comida, así como de fogatas.
En 2014 se propuso que el lugar pudiera ser habilitado como centro de adiestramiento policial, proyecto que jamás vio la luz, y en 2019 el gobernador Enrique Alfaro propuso la construcción de un hospital regional para aprovechar la infraestructura, sin embargo no hay más información al respecto.
En tanto los gobiernos de los diferentes niveles definen el destino del inmueble, por el momento sigue secuestrado por el vandalismo y el olvido de las autoridades que invirtieron millones en el lugar.
MC
