A casi 24 horas del ataque armado que dejó 12 personas muertas y 20 más heridas durante una fiesta patronal en la colonia Barrio Nuevo, el lugar de la masacre permanece acordonado y con fuertes marcas del horror vivido.
En la calle Bustamante, donde ocurrió la agresión, aún se perciben las secuelas del violento episodio que sacudió a la comunidad la noche del martes 25 de junio.

Así quedó el lugar donde ocurrió la masacre en Irapuato
Los muros de las viviendas muestran múltiples impactos de bala marcados con números por peritos de la Fiscalía, y el ventanal de una de las puertas principales permanece estrellado, prueba del poder de fuego empleado por el comando armado que irrumpió en la celebración.
En la zona se observa también cal en el suelo, señal del sitio donde quedaron los cuerpos de algunas víctimas. La calle, que solo un día antes había sido cerrada para dar paso a la música y el baile, está llena de cintas amarillas, silencio y consternación.
Improvisan altar en memoria de las víctimas de la masacre
En una de las esquinas, vecinos colocaron veladoras encendidas y algunas flores en memoria de las víctimas.
Algunas personas permanecen en la zona, aún sin poder creer lo ocurrido.
“Aquí fue donde cayó mi prima”, relató una testigo, señalando la entrada de su casa. Justo frente a ella, una puerta muestra señales de haber recibido varios impactos de proyectil.
Los casquillos recolectados por los peritos ya fueron levantados, pero la evidencia permanece en cada rincón con los vidrios rotos, bardas dañadas y sangre que aún mancha algunas banquetas.
Testigos señalaron que, varias personas fueron asesinadas dentro de sus viviendas o en los patios traseros, lo que coincide con los orificios de bala en paredes interiores y ventanas.
Consternación en la colonia y presencia de autoridades
Elementos de seguridad municipal, estatal y del Ejército mantienen vigilancia en el perímetro, mientras personal del Centro de Atención Integral a Víctimas visita los domicilios para ofrecer apoyo psicológico y jurídico a las familias afectadas.
Algunos vecinos aún no regresan a sus casas por temor a nuevos ataques.
La calle que fue testigo de la celebración de San Juan Bautista , donde decenas de personas bailaban al ritmo de música en vivo, se ha convertido en una escena marcada por el dolor, el silencio y el recuerdo de una tragedia.