Arropado de todos los fieles, el obispo de la Diócesis de Tampico, celebró su cumpleaños número 64 y también su 12vo aniversario episcopal, con una misa y convivencia en la iglesia Catedral.
Ofrendas con frutas y hasta obsequios, recibió el padre durante la ceremonia por parte de las familias que asistieron a misa de las 07:00 horas de este domingo.
Fue una celebración diferente, se notaba la alegría de las personas desde que llegaban. Canastos con frutas, algunos regalos e imágenes católicas, fue lo que recibió durante y al finalizar la misa.
En su mensaje agradeció a todos los presentes y también a Dios por los años que le ha permitido tener, aún y después de la pandemia del coronavirus, que se llevó a muchas personas, incluyendo su señor padre.
Repentinamente llegaron los mariachis y toda la gente comenzó a aplaudir. Con las mejores canciones estuvieron amenizando el momento, mientras todos se abalanzaban hacia el obispo para abrazarlo, darle un beso en la mano, en la frente, palmearlo o desearle un feliz cumpleaños.
“No se nos vayan a ir, aquí a un costado hay tamales y atole, como dicen en el rancho, no nos vayan a dejar con el gasto ya hecho”.
Al terminar el mariachi, los abrazos y la entrega de regalos, se procedió a pasar a un costado de la iglesia, donde ya estaban instaladas las mesas y sillas, con ollas de atole hirviendo, así como hieleras con los platos de los tamales.
Bromeando con los presentes, el obispo los observó comiendo y les dijo “Están más atentos aquí que en misa” y luego se rió junto con todos. Otra de las partes favoritas de los fieles que acudieron al convivio, fue partir el pastel. “Mordida, Mordida”, le gritaron al obispo, pero este prefirió no hacerlo y solo agarro un pequeño bocado con la mano.
Finalmente el festejado, reconoció que en estos 12 años como obispo, lo más difícil ha sido ver cómo en ocasiones se pueden los valores y de ahí vienen las actividades negativas que provocan la inseguridad.
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yc
