La nutrigenética o nutrigenómica es la ciencia que ayuda a detectar el impacto que los alimentos tienen en la genética de las personas y con ello saber cómo evitar enfermedades o cuáles son los factores que las están desarrollando, reveló la nutrióloga Alejandra Ponce.
En entrevista para Cambios, conducido por Víctor Martínez, la especialista dio algunos ejemplos de cómo muchas veces las personas desconocen el origen de las enfermedades y los factores que propiciaron las mismas.
“La nutrigenómica es la ciencia que unen la genética con la nutrición, y el punto en donde se encuentran nos ayuda a saber cómo los nutrientes ayudan a nuestros genes para poder silenciar o hacer que se presenten algunas enfermedades.
“Entonces, sabiendo cómo está escrito tu ADN, que es tu programación y es la forma en que tu cuerpo va a estar actuando, tú puedes empezar a hacer ciertos cambios en tu estilo de vida para unos genes en específico. Entonces esto es algo muy común en los mexicanos, digamos que tú por genética necesitas más vitamina D3, que es la que obtenemos del sol. Entonces estos 10 o 15 minutos que todos deberíamos estar con exposición a la luz solar, quizás no van a ser suficientes para ti. A eso le sumamos que quizás todo el día estás trabajando en una oficina, no estás expuesto a la luz solar tanto como nos gustaría, entonces comienzas a tener una deficiencia, la cual en realidad no se siente hasta que ya está muy mal.
“Entonces, si tú conoces cómo está escrito tu ADN y que en tu ADN dice que tienes una necesidad mayor de esta vitamina puedes comenzar a hacer cambios, que yo les llamo cambios milimétricos en tu estilo de vida, que te ayudan a estar mejor”, dijo.
Otro de los puntos que resaltó la especialista es que las personas deberían hacerse estudios anuales para saber cómo están sus niveles de vitaminas y a partir de ahí poder actuar en consecuencia para evitar cualquier enfermedad.
“Pues también comenzar a tomar alguna suplementación que te ayude a estar mejor, y principalmente hacerte tus estudios anuales para que sepas cómo está este nivel de vitamina en tu cuerpo porque luego entonces cuando éste baja mucho, se pueden presentar enfermedades que dices: ‘¡Nadie en mi familia las había tenido!’, como enfermedades autoinmunes, ‘¿por qué yo sí?’ Y cuando se comienza a hacerse toda la evaluación vemos que el paciente, por genética, necesitaba más vitamina D, paciente que nunca se expone al sol, paciente que jamás tenía idea de esto y que nunca se había hecho un estudio de vitamina. Entonces todo se fue juntando para que la enfermedad se presentara, y si tú lo hubieras sabido esto desde antes, quizá no se hubiera presentado nunca”, añadió.
¿Con qué es con lo que más te has topado en los casos de tus pacientes?
“Una de las más comunes es que la gente le tiene miedo a comer sal, y se habla mucho de que puedes llegar a tener hipertensión, que la hipertensión es un enemigo silencioso del corazón y que todo esto va por consumir sal. Entonces la gente comenzó a evitarla y esto ha traído diferentes efectos sobre el cuerpo de las personas, porque al final el sodio es un mineral que necesitamos todos.
“Quitar la sal de mesa, que aparte trae otros minerales, ha afectado mucho la tiroides en las personas. Hay ciertos genes que nos dicen que a algunas personas la sal jamás les va a causar hipertensión, o sea su gen en específico es capaz de decir ‘¡Este sodio es extra, este lo tengo que sacar de aquí, no me lo voy a quedar!’ Y un porcentaje muy pequeño de la población es el que no sabe distinguir eso y el que, efectivamente, está en riesgo de hipertensión por un consumo excesivo de sal.
“O sea, si llegas a tener hipertensión, no es por la sal, es porque no estás durmiendo bien o porque estás muy estresado, o porque hay otra enfermedad que te está causando la presión arterial, o simplemente no estás haciendo ejercicio, pero no es la sal. Entonces eso ha sido para los pacientes un punto que les asombra bastante porque nunca pensaron en asistir a una cita de nutrición, que es mi caso, y salir con la idea de ‘¡Tengo que salir a comprar sal y usarla en la casa”.
En tus artículos hablas sobre la cronobiología, ¿qué es?
“La cronobiología es el estudio de todas las hormonas, durante el día tienen ciclos y tienen oscilaciones que deberían de ser normales y a veces cambian, y la forma en la que esto se une con nuestro estilo de vida, ahí es la cronobiología”.
Concluyó que la expectativa de vida hoy en día es de entre 75 y 80 años, sin embargo, adelantó que con el tiempo se va incrementando la edad.
“La expectativa de vida de 1930, 1920, era más o menos de 40 años, y ahorita la expectativa ya subió hasta los 75 u 80 años de vida, se cree que la generación de mi hijo, que tiene cuatro años, llegará a vivir más de 95 años. Vamos avanzando porque estamos teniendo muchos avances en la ciencia, las vacunas, el tener mejores tratamientos”, apuntó.
