Policía

Universidades, centros de violencia hacia estudiantes y profesoras

Cimacnoticias: periodismo con perspectiva de género

Para exponer la agresión que viven en el ámbito educativo, las alumnas han organizado tendederos de denuncia, publicaciones en redes sociales, pinta de murales e incluso la "toma" de las instalaciones de sus instituciones.

En los pasillos de la universidad y en las aulas, los profesores humillan y ridiculizan a las estudiantes, los compañeros les alzan la voz y las insultan, los hombres les lanzan piropos, los maestros las invitan a salir y cuando no aceptan la represalia se refleja en sus calificaciones. Allí, en los centros de estudio también se han cometido casos de feminicidios.

Las estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y de los planteles 7 y 9 de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no son las únicas hartas de esta violencia. A esta nueva ola de denuncias se suman las alumnas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Autónoma de Ciudad de México (UACM), entre otras.

En la FFyL las estudiantes no tienen confianza a las promesas institucionales. “Ya no vamos a esperar a que nos lo den con asambleas, con votos y con cartas hacia la dirección; ya llegamos a un punto de tomar y apropiarnos de esta escuela que siempre nos ha pertenecido”, señalaron cuatro estudiantes de entre 19 a 21 años que están en la toma de instalaciones de esa Facultad desde el pasado 4 de noviembre.

En 2016, de la mano de ONU Mujeres, la UNAM implementó el “Protocolo para atención de casos de violencia de género”, pero solo se sabe de procesos revictimizantes para las estudiantes y libertad a los agresores. De los 335 procedimientos iniciados por una denuncia de violencia de género en el último año (junio de 2018 a junio de 2019) solo 178 concluyeron con una sanción, es decir, 53 por ciento.

La doctora María Elena Isibasi, profesora de Letras Modernas de la FFyL, considera que el descontento que expresa esta generación de jóvenes es resultado de un cúmulo e incremento de la violencia de la UNAM. Hoy no solo se tratan de casos de acoso u hostigamiento sexual.

En esta casa de estudios se han perpetrado feminicidios como el de Lesvy Berlín Rivera Osorio, en 2017. A esta realidad se añade un contexto de violencia generalizada contra las mujeres en todo el país. En la FFyL las estudiantes llevan más de tres meses en protesta.

Por otro lado, en el IPN, frustradas de no hallar respuestas a sus denuncias, las estudiantes decidieron acudir a una instancia superior para obligar a las autoridades de la institución a rendir cuentas, la Cámara de Diputados. En julio de 2019, las legisladoras de la Comisión de Igualdad de Género tuvieron una reunión de trabajo con el director general del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas.

El funcionario afirmó que hasta entonces tenían solo 13 denuncias por hechos de violencia contra las politécnicas, una baja en comparación al mismo periodo del año anterior, que recibieron 19. El director presumió que era resultado de la apertura de espacios de denuncia.

Las estadísticas presentadas por Rodríguez Casas no reflejan la realidad de estudiantes como Araceli, quien en 2018 dimitió un año de la carrera de Ingeniería de sistemas automotrices, tras librar un intento de violación sexual dentro de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime), en la alcaldía de Azcapotzalco, en Ciudad de México. Después del intento de violación solo trascendió que se reforzó la vigilancia para entrar a la escuela.

La renuencia de las instituciones educativas en reconocer y dar importancia a la problemática también está en la UACM, donde las alumnas no son las únicas que viven violencia. Las agresiones también alcanzan a las docentes que imparten materias sobre género o con enfoque feminista o que apoyan a sus estudiantes.

El acoso y la manifestación del machismo hacia el profesorado comenzó a hacerse visible en 2013, cuando las docentes Clemencia Correa González y María del Carmen Rodríguez Sánchez denunciaron a uno de sus colegas por acoso sexual.

Después de esta denuncia el trato hacia las académicas feministas fue muy agresivo, razón por la cual Francesca Gargallo, escritora y profesora en la licenciatura de Filosofía e Historia de las Ideas, decidió separarse de la universidad.

“Demostraron que para ellos los derechos humanos de las mujeres no existen… desde entonces, intentaron silenciar los hechos y desprestigiar a las profesoras denunciantes. Por lo mismo, las actitudes en contra de las docentes y estudiantes feministas han empeorado”, indicó la profesora.

Por ejemplo, desde el 4 de septiembre, la maestra Claudia Domínguez Hernández y sus alumnas del Seminario de Tesis son custodiadas por mujeres policías para trasladarse desde el Metro 20 de Noviembre hasta el edificio donde toman clase en el plantel Valle. Esta medida la solicitaron debido a las amenazas que han enfrentado.

Pese a la creciente presencia de mujeres en las universidades, los contenidos carecen de perspectiva de género y el personal docente no garantiza la igualdad ni la no violencia hacia las estudiantes.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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