Policía
  • ¿Quién es 'El Güicho', el objetivo de la DEA que esconde minas terrestres?

Se trata de uno de los capos más peligrosos del país y también de los menos conocidos, señalan versiones. (Foto: Especial)

Pilar de Cárteles Unidos, el capo michoacano es ahora objetivo prioritario del gabinete de seguridad y de la DEA. La llaman 'El señor de las minas', es escurridizo y recluta niños.

Entre los hombres más buscados en México hay uno que goza de un alias poco conocido, pero que su sola mención provoca estallidos de terror. 

Es el caso de Luis Enrique Barragán Chávez, cuya cabeza vale tres millones de dólares en recompensa para la DEA y, pese a ello, es uno de los jefes criminales menos conocidos en México.

​Le dicen El Güicho o El Wicho. También le llaman R5, por su clave privada en los radios del crimen organizado. Y en la peligrosa frontera entre Michoacán o Jalisco se le conoce con otro nombre: el jefe del Cártel de los Reyes, un membrete inspirado en su bastión, el municipio de Los Reyes en la región de Tepalcatepec, Michoacán.

Contrario a su estilo de permanecer en las sombras, El Güicho se volvió noticia nacional cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lo acusó en un video de plantar minas terrestres en el estado y que una de ellas explotara el 28 de mayo bajo un convoy de la Guardia Nacional que pasaba por el poblado El Santuario en Los Reyes.

La carga de explosivos fue tan grande que reventó el vehículo militar SandCat y mató al instante a seis soldados de élite; dos de ellos pertenecían al Grupo de Respuesta a Emergencias que se encarga, entre otras tareas en entornos hostiles, del manejo de explosivos. 

El reconocimiento de los artefactos en el municipio de Los Reyes daría al gobierno mexicano una idea de la cantidad de minas instaladas por El Güicho y su grupo.

MILENIO habló con integrantes del gabinete de seguridad, quienes ubican al líder del Cártel de los Reyes como uno de los cinco pilares de Cárteles Unidos, una de las organizaciones criminales mexicanas que ahora es denominada como terrorista por Estados Unidos. 

Si llegan a él, piensan, podría desestabilizar al grupo criminal que inició como autodefensas michoacanas y ahora hace explotar el estado.

"Es uno de los hombres más peligrosos del país. Y también de los menos conocidos. Las historias que se cuentan en Michoacán hablan por sí mismas: así como hay un Señor de los gallos, hay un Señor de las minas", aseguró la fuente.

De acuerdo con investigaciones federales, El Güicho habría reclutado a decenas de mercenarios colombianos con entrenamiento especializado en guerrillas y defensa de territorios rurales. 

Se tiene registrado que desde 2021 se aseguraron los primeros explosivos; estos fueron en brechas del municipio de Tepalcatepec, en Michoacán.
A lo largo de los años, las minas terrestres han sido usadas por el crimen organizado. (Foto: Especial)

Ellos habrían llevado a sus territorios en Michoacán el manejo de minas terrestres —o "minas quiebrapatas", como se les llama en Sudamérica— como una estrategia para contener el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación y disuadir a las autoridades de ejecutar operativos.

Estos mercenarios colombianos del Cártel de los Reyes sienten una predilección por los niños sicarios. En redes sociales circulan fotografías de menores de entre 11 y 13 años cargando armas tan altas como ellos y que juran lealtad al Güicho

La mayoría de ellos son entrenados para enterrar las minas y correr a esconderse, como si fuera un juego de niños.

El señor de las minas, pilar de Cárteles Unidos

El gobierno mexicano y el de Estados Unidos saben poco del Güicho: nació el 10 de nombre de 1986 —tiene 39 años—, mide 1.72 metros y se cree que pesa unos 77 kilos. Ojos café, cabello oscuro, complexión mediana. Con esa descripción, podría pasar desapercibido para cualquiera.

En México las indagatorias en contra el Cártel de los Reyes iniciaron a finales del 2010, pero en Estados Unidos comenzaron en 2019 en Knoxville, Tennessee. 

Una investigación sobre un accidente automovilístico llevó a policías locales a la incautación de una gran cantidad de metanfetaminas, lo que los hizo catear una casa en Atlanta, Georgia. Así empezó una cadena de decomisos de pastillas de fentanilo y heroína.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) siguió el rastro de las drogas y los llevó hasta El Güicho y Los Reyes, Michoacán.

Las investigaciones posteriores demostraron que las ganancias de la venta de drogas ayudaban a financiar operaciones de combate contra la tropa del El Mencho, así como a la compra de armamento pesado, minas terrestres y rifles de asalto creados en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa).

Entre las otras armas predilectas del Cártel de los Reyes están los fusiles FX-05 Xiuhcóatl que son elaborados exclusivamente por el Centro de Investigación Aplicada y Desarrollo Tecnológico de la Industria Militar

Los informes del gobierno federal sugieren que el Cártel de los Reyes los adquiere a través de militares corruptos o los roba de las manos de soldados caídos.

La investigación estadunidense concluyó en acusación formal en julio de 2023 contra El Güicho en el Distrito de Columbia por delitos de conspiración de narcotráfico y delitos con armas de fuego. 

La acusación se mantuvo en secreto hasta julio pasado, cuando el Departamento del Tesoro incluyó al michoacano en el Programa de Recompensas por Narcóticos.

Por encima de él sólo hay tres personas en la estructura delictiva de Cárteles Unidos: Juan José Farías Álvarez, El Abuelo, por quien Estados Unidos ofrece hasta 10 millones de dólares; Nicolás Sierra Santana, El Gordo, que vale 5 millones; y Alfonso Fernández Magallón, El Poncho, quien iguala el valor de Nicolás. 

Güicho está tasado en 3 millones de dólares, al igual que Édgar Orozco Cabadas, alias El Kamoni; estos son los cinco pilares.

Un capo poco conocido, pero explosivo

Los Cárteles Unidos comenzaron como una alianza de grupos armados en Michoacán para impedir la incursión de organizaciones criminales más grandes en la entidad. 

Son enemigos a muerte del Cártel de Jalisco Nueva Generación, pero al combatirlos han replicado sus mismas actividades ilícitas: bajo el pretexto de financiar el combate a los foráneos, cobran derecho de piso, secuestran y contrabandean.

Ambos grupos se acusan mutuamente de plantar minas terrestres por Michoacán. El número exacto es desconocido por todos —criminales y Fuerzas Armadas incluidos— aunque se calculan en cientos: sólo en las primeras tres semanas de enero, este diario reportó que la Defensa localizó y destruyó 87 de esos artefactos explosivos.

"Sabemos que la zona está minada y sabemos las razones: hacer una mina de fabricación artesanal te cuesta entre 50 y 100 pesos. Y un niño pequeño puede enterrar decenas en un solo día. Es una operación barata para el crimen organizado.
"En cambio, al gobierno mexicano le cuesta mucho dinero entrenar a militares expertos en explosivos, comprar el equipo adecuado para su manejo y desplegar recursos materiales y humanos para identificarlas. Es un conflicto desigual en el que siempre vamos detrás de ellos", contó la fuente.

¿Cuáles son los daños ocasionados por las minas terrestres?

El informe sobre El Güicho es también una radiografía de las minas terrestres en Tierra Caliente y la frontera entre Michoacán y Jalisco: los mercenarios colombianos han convencido a los mexicanos de que se trata de un arma de guerra idónea, pues no demanda la presencia del Cártel de los Reyes para su activación, sino que es la misma víctima quien se encarga de hacerlo.

Los daños provocados a una persona, incluso si viaja en un vehículo blindado, suelen ser fatales, tal y como sucedió con los seis militares asesinados en El Santuario, Los Reyes. Y si no mueren al instante, las lesiones —como la pérdida de extremidades— requieren atención médica urgente y especializada.

El despliegue operativo está activo y participan soldados de la Zona Militar de Apatzingán.
En enero, la Defensa destruyó 87 artefactos explosivos. (Foto: Especial)

Debido a que la mayoría de los explosivos terrestres están en zonas rurales, se necesita mucho tiempo para llegar a un hospital que tenga el equipo médico adecuado. Los sobrevivientes mueren en el camino.

"El fin principal de las minas como elemento de guerra es ocasionar la muerte o mutilación a quien la activa, así como múltiples fracturas generadas por la elevación y caída repentina del cuerpo. Las esquirlas ocasionan daños visuales, ceguera total o parcial. 
"A los daños anteriores se suma el efecto de la onda expansiva que en muchos de los casos genera contusión medular, cuyas secuelas a corto y largo plazo son incalculables como la inmovilización corporal, pérdida del control de esfínteres, ausencia de sensibilidad en extremidades inferiores", establece un informe de la Universidad Manuela Beltrán en Bogotá, Colombia.

Además, una mina terrestre —aunque sea artesanal— puede permanecer activa durante más de 50 años. Se trata de una inversión barata con un largo rendimiento. 

El tipo de riesgos que le gusta correr al crimen organizado en los bastiones del Güicho y su Cártel de Los Reyes. Pocos conocidos, pero explosivos.

ksh

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Óscar Balderas
  • Óscar Balderas
  • Oscar Balderas es reportero en seguridad pública y crimen organizado. Escribe de cárteles, drogas, prisiones y justicia. Coapeño de nacimiento, pero benitojuarense por adopción.
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