Erik Antonio tiene 11 años de edad y su vida dio un vuelco durante el sismo del pasado 19 de septiembre cuando una teja golpeó su cabeza, provocándole un traumatismo craneoencefálico que le provocó una parálisis en su cuerpo y dificultad para hablar.
El caso del niño, originario de Morelos, llamó la atención de neurocirujanos del Hospital General Naval de Alta Especialidad de la Secretaría de Marina, quienes estuvieron de acuerdo de practicarle una cirugía reconstructiva craneoplastia para ofrecerle al menor una oportunidad de mejorar su vida.
El día del sismo que sacudió a varios estados del centro del país y que derivó la muerte de cientos de personas y dejó decenas de heridos, inmediatamente después de que la teja le fracturó su cráneo Erik fue intervenido quirúrgicamente.
La situación fue alarmante para sus padres, porque Erik perdió movilidad de su cuerpo y no podía comunicarse; tras ser operado en un hospital de Morelos, el pequeño pasó seis semanas en terapia intensiva y comenzó a tener una rápida recuperación.
Sin embargo, una hernia se formó en su cabeza, por lo que fue necesario intervenirlo quirúrgicamente por segunda ocasión en un hospital de dicha entidad.
Posteriormente, fue sometido a terapias de rehabilitación que le apoyaron a tener una mejoría motriz y de habla.
Pese a recuperación, Erik requería una cirugía especializada para mejorar su salud.
El gobierno de Morelos estuvo de acuerdo en solicitar el apoyo a la Secretaría de Marina para que un equipo multidisciplinario de médicos navales en el Hospital General Naval de Alta Especialidad, en la Ciudad de México, tratara el caso del niño.
Los médicos navales que conocieron el asunto realizaron diversos estudios para determinar si era factible una tercera intervención y no poner en riesgo la vida del menor.
Los exámenes practicados a Erik arrojaron resultados positivos; los galenos de la Marina estuvieron de acuerdo con llevar a cabo una cirugía reconstructiva craneoplastia.
La cirugía se practicó el pasado 9 de mayo y durante más de tres horas los médicos especialistas le colocaron a Erik una placa de titanio en su cráneo.
Con la placa, se espera que el niño morelense tenga una mejora en su recuperación neurológica.
La Secretaría de Marina aseguró que la intervención fue un éxito gracias a la preparación y capacitación con que cuentan los médicos especialistas; pero lo más importante de esta proeza, señaló la dependencia castrense, son "las ganas de vivir de Erik Antonio".
El menor abandonó las instalaciones navales el Día de las Madres, gracias a su pronta recuperación.
Erik Antonio regresó con su familia a Morelos y con el apoyo médico del Hospital General Naval de Alta Especialidad el niño hoy presenta una mejoría física y emocional, que es importante para que siga su vida adelante.
jbh